Disfrutó del fútbol del Barça en El Molinón porque la ocasión bien lo mereció. Plácida visita a la tierra de Luis Enrique, como en los últimos años. La visita a Gijón empieza a convertirse ya en un trámite para el Barcelona. Desde 1994 no pierden allí y cada vez que pisan el histórico estadio del Sporting acaban con una goleada. No pudo ser menos en este 2016, donde se vio las inmensas diferencias entre uno y otro. [Narración y estadísticas: Sporting 0-5 Barcelona]
Fue un encuentro insulso, sin intensidad, casi sin rivalidad. Le faltó de todo. Desde que empezó se vio bien que acabaría ganando el Barcelona. De esos partidos que está claro lo que va a pasar desde el minuto 1 y que antes o después ocurrirá. Y eso que el Sporting puso la cara, llegó a hacer alguna buena jugada, coqueteó con algo más que pasar el balón en el centro del campo, pero tenía en frente al Barça. Y cuando parecía estar mejor colocado, se llevó el primer mazazo con un gol de Luis Suárez, aprovechando un error defensivo de la defensa asturiana.
Venía el Sporting de centrarse más en el árbitro que en el partido porque habían pedido dos amarillas de Busquets, la primera por mano y la segunda por juego peligroso. Ninguna la vio y El Molinón sacó a sus jugadores del partido. Y a partir de ahí, una alfombra de los de Luis Enrique que sacaron el encuentro de forma muy fácil. Se lució Sergi Roberto, con dos asistencias, la primera de ellas para Rafinha, ya recuperado, que puso el 0-2 antes del descanso. La banda derecha fue siempre un puñal. Es la mejor posición actual de un Barça que ha tenido la suerte de encontrarse partidos amables justo después de pinchazos. Así fue contra el Celtic después de la derrota ante el Alavés y así ha sido ahora contra el Sporting después del empate ante el Atlético.
Lo que sorprendió es que la segunda parte fuera tan aburrida, porque si el Barça hubiera querido se podría haber ido con 10 goles. Al final fueron cinco pero algo engañosos. Llegó a la manita casi sin darse cuenta. En seis minutos marcó tres goles ante un equipo que se había quedado con diez por la expulsión de Lora. Todo a partir del minuto 80. El Sporting, hundido, vio como Neymar aprovechaba para marcar dos goles y como hasta Arda Turan volvía a marcar. De un 0-2 se pasó rápidamente a un 0-5 casi sin que diera tiempo a asimilarlo. El castigo era mucho para el Sporting, pero la verdad es que los asturianos no hicieron nada. Fue un partido malo en el que se vio la diferencia entre ambos y el fracaso del planteamiento de Abelardo, que pretendió jugarle de tú a tú a un rival muy superior y se volvió a llevar 5, los mismos que encajó en el Calderón.
No gastó ni una gota de esfuerzo el Barça en El Molinón y llegará fresco a Alemania, donde le espera el duro duelo ante el Borussia Monchengladbach. En Gijón jugaron Digne, Mathieu, André Gomes, Rafinha o Arda Turan. No lo hizo Alcácer, que habría que preguntarse que puede pensar, si ni sin Messi juega de titular. Pero al fin y al cabo el Barça resolvió un trámite de la mejor manera y sin apenas esfuerzo. No será igual en Champions o en el próximo partido de Liga, en Vigo. Mientras tanto, presiona al Madrid y vuelve a marcar 5 goles a domicilio, como en Leganés. A domicilio, el Barça es más sólido que en el Camp Nou.