Un Madrid hambriento no logra superar a un buen Las Palmas
Los blancos son claramente superiores a los locales durante la segunda parte con un juego de alta presión y ataques rápidos, pero empatan un partido que tenían controlado en un golpe de suerte local. Goles blancos de Asensio y Benzema (que fue suplente).
24 septiembre, 2016 22:42Noticias relacionadas
La temporada pasada, el Real Madrid jugó francamente mal en Las Palmas y ganó 1-2 con un gol en el minuto 89. Este sábado cuajó una actuación muy seria, sin tibiezas, pero empató (2-2, vea aquí la narración del partido en vivo) un encuentro que tenía controlado frente a un notable equipo local que justificó su creciente prestigio y jugó sin miedo frente al líder.
Las Palmas, como se preveía, le disputó la posesión del balón al Madrid desde el comienzo y se dedicó a trenzar jugadas sin apresurarse. Jonathan Vieira la tocaba más que Modric, y el Madrid no mandaba. Los visitantes habían comenzado algo confusos y su respuesta fue correr en ataque, aunque no finalizasen las jugadas. No se adueñó del balón, pero le había recordado ya a los locales su arsenal en el minuto 7 con un giro perfecto de cabeza de Morata que desactivó Javi Varas. Tendría trabajo el buen guardameta local. Cristiano, que había fallado un remate en buena jugada de Morata por la banda, apareció otra vez como ariete en el 15 y chutó cerca del poste. En defensa un Kroos soprendentemente fresco se multiplicaba para hacer olvidar al fisurado Casemiro, héroe del choque en la temporada pasada.
Las Palmas aceptó el envite y aumentó el ritmo hasta permitir que el partido se alocara, con rápidos ataques alternos. Sin oportunidades diáfanas de hacer gol, pero continuos. Modric ya era el amo del centro madridista (con escasa aportación inicial de Asensio), pero operaba en posiciones demasiado atrasadas. El equipo no parecía estar particularmente inspirado y Las Palmas pudo llegar con claridad a puerta en dos ocasiones seguidas (minutos 25 y 26) que delinearon una primera media hora bastante igualada.
Gol de Asensio
No había grandes sobresaltos, pero el encuentro tampoco era aburrido. Se llegaba a ambas áreas continuamente y con ritmo elevado; el Madrid aparentaba poder hacer daño cuando corría al espacio. En el minuto 32 la cantera de Valdebebas dio una alegría al madridismo: una escapada de Nacho por la banda izquierda concluyó con un disparo suyo cruzado que, repelido por Varas, acabó dejando solo a Asensio para empujar a puerta vacía.
El duelo podría haberse decantado claramente hacia los visitantes, pero en otra internada igualmente económica y veloz por la izquierda, cuatro minutos después, un centro de Momo acabó cayendo en los pies de Tana, que rubricó su buena primera parte con un disparo calculado a la red (favorecido por cierta pasividad defensiva).
Todo el juego canario pasaba por Roque Mesa. El Madrid, en cambio, vivía en las bandas. Bale entró por su carril en el minuto 43 y encañonó a Varas, que supo repeler el golpe. Era el séptimo disparo a puerta de la primera parte: un reflejo del ahínco visitante en una aceptable primera parte de los blancos (con 6 jugadores españoles y 4 canteranos) que concluía en tablas.
La segunda mitad comenzó de la misma forma: con un gran disparo de Bale entrando como delantero centro tras una buena incursión de Ronaldo (todavía lejos de su estado óptimo) por la izquierda. El portugués había salido motivado y Bale le acompañaba a cualquier parte. En el minuto 50 Las Palmas recibió una pésima noticia: la lesión muscular (y sustitución) de Jonathan Vieira. Salió al campo el franco-argelino El Zhar. El Madrid siguió a lo suyo: transiciones súbitas, con Asensio de aliado eficaz de la ‘BMC’ en segunda línea. Los blancos lucían máxima concentración y buscaban arrebatar el balón lo más arriba posible, poniendo a prueba la reputada técnica canaria. Correspondían tratando de ahogar a Modric. Bale, muy generoso en la presión, tiraba del equipo arriba. Las Palmas no se desmoronaba: tenía menos control de juego pero también se volcaba al contraataque, dirigida siempre por Mesa.
4-2-4 de Zidane
Con el transcurso del tiempo Asensio ganó protagonismo en su equipo y el Madrid encajonó al rival. El autor del primer tanto, sin embargo, fue sorprendentemente sustituido por Benzema en el minuto 62 (casi marca el francés a la salida de un córner en su primera intervención). El Madrid pasó a jugar con cuatro goleadores y cuatro defensas, ligadas ambas líneas por Kroos y Modric: un 4-2-4 con dos arietes, Morata y Benzema. El francés había fallado la primera pelota, pero en la segunda (minuto 66) aprovechó un rechace de Varas a un buen disparo de Ronaldo y dio justa ventaja a un equipo con hambre de gol.
El visitante mantuvo la voracidad y los canarios dieron la impresión por primera vez de estar cansados. Lucas Vázquez salió para finiquitar el partido en el 71 y dio descanso a Cristiano Ronaldo: el portugués no quiso hacer gestos de desaprobación, pero no pudo disimular el enfado. Había cumplido con dignidad. Zidane quiso reservarle y mantener la explosividad de su equipo: el francés había hecho bastantes cambios pensando en Dortmund, pero un segundo empate consecutivo (y dejar que el Barça se coloque a un punto) era mal resultado. En el minuto 79 Isco entró por Morata: Zidane quería asegurar el control y una victoria merecida.
Mantuvo el primer objetivo sin grandes dificultades durante unos minutos, pero en el 84 Araújo –sustituto de Momo– se benefició de un rechace afortunado en el área pequeña tras una inteligente cesión de Vicente y amargó los últimos minutos al Madrid. La tensión fue muy elevada hasta el final, con alteraciones de ánimo continuas y los merengues volcados. Sergio Ramos se sumó a los delanteros, pero el gol no llegó. Tuvo dos ocasiones muy claras el visitante; la fortuna no lo quiso. Segundo empate consecutivo de los merengues y cierta inquietud ante el primer gran duelo de la campaña, el martes, en Dortmund. Debió ganar el equipo de Zidane, y sin embargo el empate no puede calificarse de totalmente injusto. Gran partido de Las Palmas ante un Madrid que nunca se relajó y mereció más suerte.