¿Por qué Marcelino no puede entrenar al Valencia ni a ningún otro equipo de Primera?
La Federación Española de Fútbol prohíbe expresamente a un técnico dirigir a dos clubes distintos de la misma división durante la misma temporada.
27 septiembre, 2016 00:58Noticias relacionadas
Sucede cada año. Ya sea en las primeras jornadas, a mitad de temporada o en el fragor de la batalla contra el descenso del final de Liga, los entrenadores suelen ser los primeros damnificados cuando las cosas no marchan. En el presente curso, ya ha caído la primera víctima tras cuatro derrotas en los cuatro primeros partidos: Pako Ayestarán.
Su Valencia, que andaba colista por entonces, ha conseguido dos balsámicas victorias (ante Alavés y Leganés) de la mano de Voro. Sin embargo, desde el cambio en el banquillo Peter Lim sólo ha valorado la promoción interna como un parche hasta encontrar un recambio definitivo en la parcela técnica. Y el elegido para ello fue Marcelino.
Sin embargo, como ha sucedido en años anteriores, el club ché se ha encontrado con un escollo insalvable: el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que en su artículo 162 explica que "si se resolviese el vínculo contractual entre un club y un entrenador (…) sea cuál fuere la causa, estos últimos no podrán actuar en otro en el transcurso de la misma temporada".
Marcelino García Toral fue despedido fulminantemente del Villarreal apenas una semana antes de que arrancase la temporada. Aunque las causas de su cese nunca se aclararon del todo, las palabras del presidente amarillo, Fernando Roig del pasado 1 de septiembre invitaron a pensar en un despido a raíz de que el equipo perdiese a propósito el último partido de Liga ante el Sporting (con el descenso en juego). La reacción casi inmediata de la LFP de abrir un expediente para investigar aquel partido por posibles amaños, aumentó esta tesis.
"Este es un problema que viene de final de temporada. Es un problema de honradez del Villarreal", dijo entonces el presidente. Aunque días más tarde, el propio Roig matizaba: "En mis declaraciones nunca dije que lo despidiera por el partido ante el Sporting. No pronuncié ni la palabra Gijón ni nada parecido. Lo que sí dije es que hubo cosas en el final de temporada y el inicio de la actual que no me gustaron".
Una explicación del presidente del Villarreal que trataba de zanjar la polémica sobre el despido de Marcelino, en la que se vio involucrado hasta el presidente del Rayo Vallecano -descendido tras esa última jornada de Liga-, Raúl Martín Presa, que atacó al técnico e incluso lo comparó con el piloto de GermanWings que estrelló un avión en los Alpes, aunque más tarde se disculparía por ello. Marcelino, por su parte, defendió en todo momento su honorabilidad durante la rueda de prensa que convocó para responder a Presa y a quienes dudaban de su conducta ante el Sporting en aquel partido de final de temporada.
Sea como fuere, pasada la tormenta, el nombre de Marcelino apareció desde el primer momento en las quinielas para suceder a Ayestarán en el Valencia. Sin embargo, el técnico no podrá entrenar al conjunto ché -ni a ningún otro equipo de Primera- hasta el próximo 30 de junio. Para la RFEF, ya ha entrenado esta temporada, puesto que fue inscrito por el Villarreal el 11 de julio, dentro del presente curso y un mes antes de ser despedido.
"La temporada oficial se iniciará el día 1º de julio de cada año y concluirá el 30 de junio del siguiente", afirma el artículo 187 en su primer apartado. Lo que en la práctica significa que, si bien Marcelino no llegó a dirigir ningún partido oficial con el Villarreal, fue oficialmente el entrenador del Villarreal y, por lo tanto, no puede fichar por otro club de la misma división.
Una norma que evita la endogamia
La medida, que está encaminada a la rotación de técnicos en paro, tiene su explicación. Según la legislación actual, un entrenador de fútbol despedido tanto en Primera como en Segunda tiene derecho a cobrar la totalidad de su sueldo pactado por al menos un año. De lo cual se extrae que no 'necesita' dirigir a un segundo equipo a efectos de remuneración.
Así, la medida trata de favorecer a aquellos técnicos que llevan sin entrenar durante al menos una temporada, para que haya una rotación mayor que si, por ejemplo, los 20 técnicos de Primera entrenasen siempre a los 20 equipos que tiene la competición, indistintamente de cuál de ellos sea.
En cualquier caso, esta norma tiene tanto defensores como detractores. De un lado, quienes sostienen que la medida evita un sistema endogámico y cerrado que impide a nuevos actores entrar en él. Además, sostienen, en las categorías superiores un año -en términos salariales- te permite vivir tranquilo durante varios años, por lo que no hay perjuicio alguno contra los técnicos despedidos. Por el contrario, hay quienes sostienen que atenta contra los derechos fundamentales del trabajador en el contexto de la Unión Europea.
Tras la sexta jornada, el Valencia ha remontado el vuelo y suma seis puntos en seis partidos. Ha salido del descenso y ocupa el 15º puesto en la tabla. Pero el 'efecto Voro' se ha amortizado -ya le han comunicado que no seguirá en el banquillo ante el Atlético- y ahora toca encontrar una alternativa a Marcelino que ilusione a Mestalla... En mitad de una crisis institucional sin precedentes que parece en segundo plano.