Tendrá pesadillas el Barcelona con Balaídos. Las mismas pesadillas que desde ya tiene Ter Stegen. Ambos, Barça y portero, se hundieron en Vigo y equipo y jugador fueron de la mano en la gran victoria del Celta en un partido de héroes, de lucha, de esos que se recuerdan. Los gallegos bien merecieron este premio pero lo tuvieron que sudar. El 4-3 se debe en gran parte, o toda, al meta alemán. Eso sí, el Barça salvó la cara, a pesar de perder, porque fue bailado en una primera parte espectacular del Celta. [Narración y estadísticas: Celta de Vigo 4-3 Barcelona]
Decíamos que tendrá pesadillas este Barça porque Balaídos es ya su estadio más . Allí recibió la temporada pasada cuatro goles y justo un año después se vuelve a llevar el mismo saco de goles. Y todo de la mano de un Berizzo que es ya el único que puede llevar la bandera de saber jugar (y ganar) a este equipo. El argentino ha ganado tres veces ya al Barcelona de Luis Enrique. Precisamente Berizzo fue el sustituto en Vigo del asturiano. Y ya empieza a ser su dolor de cabeza.
La última visita a Vigo de este Barcelona se saldó con una humillación, 4-1, que por entonces hizo explotar los cimientos del proyecto culé, posteriormente recuperados. Era la jornada 5 y esta vez, la séptima. El partido de este domingo acabó siendo un calco a aquel de hace un año con la diferencia de que el Barça salvó la imagen y tuvo opciones muy serias empatar. Pero la bofetada, a pesar de buscar el gol con garra al final, se la lleva.
Recital de Iago Aspas
Ni Piqué ni Alba ni Sergi Roberto ni Mathieu pudieron con Iago Aspas. Nadie pudo con el gallego. Soberbio partido el suyo, que volvió loco a todo el Barcelona con una primera parte espectacular. Primero le brindó un gol a Pione Sisto, que se está conviertiendo en un pilar de este Celta al que hace dos semanas le faltaba gol. La jugada venía de un fallo de Ter Stegen, al que le salió cruz en su obsesión por jugar en corto. El portero con más pases que Cristiano en Liga falló en la salida del balón al sacar de puerta. Era el primer de una noche garrafal. Busquets no estuvo pendiente y eso propició el ataque y posterior gol de Sisto. El danés definió de forma perfecta un cara a cara con Ter Stegen.
El Celta aprovechó la tremenda debilidad defensiva del Barcelona, que fue una línea desastrosa. La figura de Mathieu quedará como la imagen de todos los males, porque el francés no acertó en nada. Fue un continuo cúmulo de fallos. Él se marcó el tercero en propia, después de habilitar a Aspas, al no saber marcar el fuero de juego. Dos minutos antes de ese tercer tanto, Iago Aspas cogió un balón a mitad de campo y ahí empezó a correr y correr. Y siguió corriendo. Cuando llegó a la frontal del área, vio a un Ter Stegen descolocado y disparó fuerte. Fue gol. Era el 2-0 y la fiesta en Balaídos era total. La pesadilla del año pasado estaba presente y más cuando el guión era muy parecido. Ese día también estaba en la portería el alemán, en uno de sus peores días con el Barcelona. Pero, de repente, irrumpió la garra culé. Esa garra que tanto se relaciona al Madrid.
Porque el Barça se fue a la épica, creyó que era posible el milagro. El intento de remontada comenzó en los pies del mago, de Iniesta, que había salido en el descanso en lugar de Rafinha. Ahí cambió el equipo de Luis Enrique, que supo combinar la garra con la clase del manchego. Asistió a Piqué en el minuto 58 y el catalán, salvador hace cuatro días en Alemania, inició el monólogo culé con un cabezazo, ayudado con un fallo en la salida del portero Sergio. Seis minutos después, ya con el miedo en Balaídos presente, Vicandi Garrido pitó un polémico penalti de Radoja sobre André Gomes. Neymar anotó el penalti y se vino arriba.
La derrota de Ter Stegen
Pero todo eso se acabó, y se vino abajo por culpa del mencionado Ter Stegen. Otra vez su obsesión por querer jugar en corto, por no dar el pelotazo. Otra vez un fallo y este muy gordo. Eso le costó la derrota definitiva a su equipo. Cuando mejor estaba el Barça, el alemán se volvió a creer 'jugón' y claro, le salió mal. Buscó el pase a Jordi Alba y lo que encontró fue la cabeza del 'Tucu' Hernández, que a un metro encontró un gol inesperado. Un 4-2 que después fue maquillado por, otra vez, Piqué, Como le gusta al catalán esas acciones de épica, de eregirse en salvador, en imagen de la remontada del Barça. Marcó dos goles que acabaron siendo inútiles, pero que bien le valen ese fervor que se ha ganado entre la afición culé.
Con el 4-3, y con ocasiones peligrosas de Neymar, acabó el partido. Un encuentro precioso, de los de antaño, de dos equipos dejándose todo y de esos que crean afición. Un partidazo con todas sus letras que vio al Barça caer otra vez en Liga y que deja al torneo ardiendo, con el Atlético de Madrid y Real Madrid liderando, con 15 puntos. El Sevilla se queda a uno de ellos y el Barça, a dos, los mismos que el Villarreal. La Liga más igualada no puede estar y así será durante dos semanas, las que dura un parón que deberá valer para reflexionar por el juego de Ter Stegen, ese que le costó una dura derrota al Barcelona en Vigo.