Leo Messi comunicó el pasado julio al FC Barcelona que no renovaría su contrato, que expira en 2018, tal y como informa 'Marca'. Al parecer, el crack argentino tomó la decisión durante sus vacaciones, que pasó junto a su mujer, Antonella, sus dos hijos y su familia en Ibiza.
El padre del jugador y otra persona no especificada fueron los encargados de hablar entonces con el presidente del club, Josep María Bartomeu, al que comunicaron que Messi pasaría los dos años de contrato en el Camp Nou y, después, decidiría su futuro. También llegaron a plantearle no acabar su contrato.
Bartomeu, que temió con perder a Messi, instó al jugador a que se lo pensara con más calma y que no tomase una decisión a la ligera. También le remitió a su cláusula de rescisión, de 250 millones de euros. Desde aquel momento, según este medio, no ha habido comunicación oficial entre el jugador y el club.
Los problemas con Hacienda
La reunión del padre de Messi con el FC Barcelona se produjo días después de que la Audiencia Provincial de Barcelona condenase al delantero y a su padre a 21 meses de cárcel por tres delitos fiscales que les permitieron eludir el pago de unos 10 millones de euros.
Las multas -de dos millones para Messi y de 1,5 para su padre- llegaron semana y media después de que el argentino perdiese la final de la Copa América ante Chile y anunciase su retirada de la Albiceleste aquella misma noche. Un calentón que le duro un par de meses, pero que dejó tocado al delantero.