Las vueltas que da la vida... La rocambolesca historia de Samir Nasri que sorprendió en Twitter la madrugada del 28 de diciembre y en la que el jugador afirmaba haber recibido servicios sexuales por parte de una clínica especialiazada en belleza y pérdida de peso para luego desmentirlo todo asegurando que su cuenta había sido hackeada, parece que esconde algo más serio.
Según desvelaba 'El País', la AEPSAD -Agencia Española para la protección de la Salud en el Deporte- ya ha tomado cartas en el asunto. Y no por el supuesto escándalo sexual en el que se vio mezclado el jugador, sino por las sospechas de que haya podido recibir algún tratamiento intravenoso de sustancias prohibidas por la AMA -Agencia Mundial Antidopaje-.
Y es que las sospechas sobre los tratamientos que proporciona la clínica se centran en el volumen de las transfusiones: según establece la AMA, no pueden superar los 50 mililitros y eso si, y sólo si, se trata de una sustancia permitida por la agencia. El problema es que Drip Doctors (que se podría traducir como "Doctores del goteo") es una clínica que ofrece tratamientos hormonales, intravenosos, vacunas... Una amalgama que ha hecho saltar las alarmas por un posible caso de dopaje.
"Hemos tratado a Nasri con Inmunity IV Drip ("suero intravenoso inmunizador") para mantenerlo hidratado y saludable durante su exigente temporada en el Sevilla", era el mensaje original de la cuenta de Twitter de la clínica y que pasó casi desapercibido ante las respuestas de la cuenta presuntamente hackeada al jugador francés. Un mensaje que hacía mención explícita a un tratamiento intravenoso y que llamó la atención de Richard Ings, exresponsable de la agencia antidopaje australiana, quien decidió alertar a través de Twitter a la AMA y a la AEPSAD.
La agencia española decidió entonces recopilar información sobre el caso, que ya está siendo investigado y que presumiblemente contará con una declaración de Nasri, que regresa este jueves de sus vacaciones en EEUU. Desde el Sevilla, se muestran tranquilos y escépticos ante las acusaciones de dopaje. "Nos extraña que la propia clínica publicite un tratamiento que puede ser perjudicial o ilegal", razonan.