La MSN vuelve a escena y el Barça no cede en la lucha por la Liga
Messi, con dos tantos, Suárez y Neymar marcan los goles en la victoria al Villarreal (4-1). La pegada apareció ante el equipo castellonense, que asustó en la primera parte.
6 mayo, 2017 20:40Noticias relacionadas
Era el partido más difícil que les quedaba y este Barça no dio lugar a las dudas. Era un día clave, porque los azulgrana tenían esta semana más que perder que ganar (su rival era más duro que el del Madrid) y porque justo jugaban antes, en la última jornada en la que podían presionar al rival. A partir de la semana que viene, todo se jugará a la misma hora. [Narración y estadísticas: Barcelona 4-1 Villarreal]
El Barça superó el partido trampa ante el Villarreal y sigue llevando al límite la Liga. Tendrá que sudar mucho el Madrid para ganarla, porque los azulgrana no dejan nada. Han demostrado que son fiables y que además necesitan poco para ganar. Esta vez tiraron de pegada y no necesitaron un aluvión de ocasiones para acabar goleando. Eso es lo bueno de este Barça.
En un partido de fútbol pasan tantas cosas que parece imposible creer que el Villarreal estuvo cerca de llevarse algún punto del Camp Nou cuando el resultado final es de 4-1. El Barça fue mejor, mereció ganar, pero los de Escribá lo tuvieron, aunque fuera por pocos minutos. Se levantaron bien del primer golpe de Neymar, que remató solo en el punto de penalti para poner el 1-0 a los veinte minutos de juego, y una carrera de Bakambu acabó en el empate diez minutos después.
Justo después de ese tanto, y en los mejores minutos del Villarreal, Roberto Soriano corrió la banda y se inventó un centro perfecto para un delantero centro. Era de esos balones que todo '9' quiere tener. Había que saltar, pero la misión no era difícil. Soldado logró cabecear, y no lo hizo del todo mal, pero su remate se fue pegado al palo. Son de esas acciones que marcan un partido. Como la de Jurado hace una semana pasada en Cornellà-El Prat. Errores que, en ambas ocasiones, beneficiaron al Barça.
El fallo acabó siendo clave. Del 1-2 se pasó al 2-1, justo cuando la primera parte agonizaba. Leo Messi volvió a repetir su jugada predilecta, cogiendo el balón en la frontal del área y metiéndose lentamente en la zona de peligro. Nadie le entró, le dejaron el pasillo y él remató flojo, pero desconcertó a Andrés Fernández. Era un gol psicológico.
Cuando estaba el Villarreal adelantando líneas y se sentía algo más cómodo en el Camp Nou, una acción de picardía sentenció el partido. El fútbol siempre tiene este componente de inteligencia que va más allá de si uno juega bien o mal. Así se decidió el Clásico de hace dos semanas y así también se finiquitó este Barcelona - Villarreal. Era el ecuador de la segunda parte. Mientras los castellonenses protestaban por un fuera de juego, Rakitic sacó rápido. Dibujaron una contra y en apenas diez segundos habían marcado en tercero, gracias a una buena definición de Luis Suárez.
Más tarde llegó una preciosa jugada de Neymar por banda que desembocó en un penalti a favor del Barça por manos de Jaume Costa. Lo marcó Messi de panenka y casi sentenció la Bota de Oro.
Con los deberes hechos, al barcelonismo no le queda otra que esperar una derrota del Madrid. Solo le vale eso. Ellos hacen sus deberes, han ganado todo y la presión es máxima para los blancos. El Barça no falla y, salvo que caiga en Las Palmas, llegará a la última jornada con opciones. Y eso ya es un éxito en una Liga en la que hace un mes estaba casi desahuciado.