Del manteo a Mourinho al punto de Málaga: el Real Madrid toca su 33ª Liga
Los blancos juegan en La Rosaleda (20:00 horas) con todo a favor para ganar la Liga, la primera desde 2012 tras varios años 'tirando' esta competición.
21 mayo, 2017 00:07Noticias relacionadas
- El Sporting deja Primera con bronca y el Betis se despide dando la cara
- La era Setién en Las Palmas acaba con otra goleada
- Leganés y Alavés cierran con empate una gran temporada
- Las lágrimas de Marc Bartra tras volver a jugar con el Dortmund
- “Todo mentira”: Piqué carga contra la prensa por su multa y anuncia que creará un medio de comunicación
- La novia de Howard Webb con la que se encaró Guardiola, primera árbitra de la Bundesliga
- Cazan a Gerard Piqué a 190 km/h por Barcelona
3 de mayo de 2012. Una goleada en el viejo San Mamés (0-3) da al Real Madrid su 32ª Liga, la mejor de su historia, la de los 100 puntos y los 121 goles. Más de cinco años después, los blancos están a las puertas de otra Liga, la 33ª, la primera de un largo camino en el que mucho cambiaron las cosas. Cinco temporadas ha tardado el Madrid en tocar la Liga.
Cuando los blancos ganaron su última Liga, tenían nueve Copas de Europa en sus vitrinas, Mourinho estaba en el banquillo, su delantero titular era Higuaín, su portero Iker Casillas, Khedira pilotaba el centro del campo y Coentrao corría la banda en sus mejores galopadas. De eso nada queda ya. El Madrid del 2017 tiene alguna similitud con el de 2012, pero principalmente modificó el chip. Todo se debe a un cambio de mentalidad.
En los últimos años, al Madrid le caracterizaba siempre sus pésimas Ligas. Las tiraban o al inicio o al final y la irregularidad cada año, dando bandazos de aquí a allí, acababa con otro año más sin el trofeo de la regularidad. Aguantar nueve meses enchufados no era la principal motivación de los jugadores. Era más fácil estar bien en los momentos claves de la Champions y ganar este trofeo, de mucho más prestigio que la Liga.
En estos cinco años, el Madrid acabó creyéndose que si quería ganar algún trofeo tenía que tirar otro. En dos de estos años (2014 y 2016) dejó de lado la Liga para centrarse en la Champions, como si ambas cosas fueran incompatibles. Todo se acabó mitigando y olvidando gracias a sus victorias en Lisboa y Milán, pero para un equipo de la altura del Madrid el discurso de tener que decir a un trofeo para dar la bienvenida a otro no era muy alentador.
El punto de inflexión
Cuando allá por agosto comenzó la Liga que este domingo llega a su fin en Málaga (20:00 horas), Zinedine Zidane repitió una y otra vez la importancia de ir a por este torneo. Zidane: "El objetivo principal de la temporada es la Liga", dijo el francés en la rueda de prensa previa al partido ante la Real Sociedad en Anoeta, el primero del torneo.
Aquella frase pudo ser una más de tantas que se dicen en el fútbol, pero era una declaración de intenciones. No era un farol, iba en serio. Zidane se lo creía y, lo más meritorio, consiguió que sus jugadores se lo creyeran. Un grupo que años antes había 'pasado' de la Liga estaba ahora dispuesto a luchar nueve meses seguidos por un título obligado para el madridismo. El acercamiento en Ligas del Barcelona comenzaba a ser alarmante.
El cambio, pues, fue Zidane, el entrenador de la flor, al que nadie le reconoce nada. Zizou ha sido el único que ha logrado que el Real Madrid luchara hasta el final por los dos principales títulos de la temporada, demostrando que la vieja idea de que ambas cosas no eran compatibles era sencillamente una pérdida de tiempo. Claro que era posible y este año es el ejemplo, con una excelente gestión de la plantilla y una sabia planificación de rotaciones. "La clave del éxito ha sido que todos los jugadores se sientan importantes. Esta plantilla es un espectáculo", reconocía Zidane este sábado.
Además, tras año y medio de Zidane en el banquillo, su proyecto ha pilotado en la regularidad. En Liga solo ha perdido cuatro partidos (la temporada pasada ante el Atlético y esta ante Sevilla, Valencia y Barcelona) y cedido ocho empates. Ganó su Liga el año pasado (en el tiempo en el que estuvo el francés, el Madrid sacó más puntos que el Barça) y toca ya la actual.
Zidane ha recuperado la ilusión por un torneo básico para entender la grandeza de un equipo. No hay equipo de los grandes torneos europeos que tenga más trofeos de Liga que el Madrid: el Bayern tiene 26, el United 20, el Saint-Étienne 10 y la Juventus es el único que le iguala con 32.
Cuatro temporadas tiradas
En el inicio de la temporada 2012/13, ya con las primeras facturas en el vestuario blanco, el Madrid de Mourinho, que venía de ganar la Liga, tiró el torneo en septiembre. En las cinco primeras jornada solo llevaba siete puntos: perdió en Getafe y en Sevilla y empató ante el Valencia. Con ocho meses por delante, el Madrid ya se había borrado del torneo. Acabó a 15 puntos del título.
Ya con Ancelotti, el italiano hizo honor a su mala fama en los torneos domésticos (solo ha ganado cuatro Ligas en 18 temporadas entrenando a los favoritos)y fue incapaz de conseguir una de las dos que jugó, las más 'baratas' en los tiempos de Messi y Cristiano. Nunca llegó a la última jornada con opciones: en su primer año se estrelló en Valladolid y Vigo cuando ya habían certificado el pase a la final de Champions y en su segunda temporada la caída libre desde enero, perdiendo en el Calderón, Camp Nou y San Mamés, les hizo quedar segundos en una Liga que llegaron a liderar por cinco puntos.
Tuvo que llegar Zidane para que la Liga pasara a un primer plano. El problema para los blancos es que tuvieron que recurrir a él cuando la tenían prácticamente perdida. Fue en enero de 2016 y el Madrid de Benítez ya había perdido bastantes puntos, incluidas derrotas en Sevilla, Villarreal y la humillación del Barcelona en el Bernabéu. Con Zidane, el Madrid inició una persecución al Barça digna de estudio. Estaba a 11 puntos en marzo y acabó a uno.
Este domingo tiene el Madrid la oportunidad de cerrar una vieja herida y, por fin, abrazar la Liga tras unos años de desconexión. El más laureado de España no podía estar más tiempo sin celebrar el título más importante del país. La Rosaleda, un pequeño Bernabéu a partir de las 20:00 horas, puede acoger la primera Liga en cinco años de los blancos. La Cibeles preparada para el título. Allí irá el Madrid de madrugada si se gana.