Ernesto Valverde, junto a Luis Enrique.

Ernesto Valverde, junto a Luis Enrique. EFE

1ª División

El Barcelona insiste en su apuesta española para el banquillo

El club, con el fichaje de Ernesto Valverde, confirma su predilección por el producto nacional. En los últimos nueve años, todos los entrenadores (cuatro de cinco) que han triunfado eran de la tierra. La experiencia con el 'Tata' Martino no gustó. 

30 mayo, 2017 00:22

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Año 2003. Rjkaard llega al banquillo del Camp Nou para levantar un club que hasta entonces alternaba entrenadores sin justificar su apuesta con títulos. El holandés, por tanto, tenía un ‘marrón’ por delante. Sin embargo, en la directiva creían que era el adecuado para cambiar la dinámica. ¿Los motivos? Había formado parte del Milan de Arrigo Sacchi y pertenecía a la escuela holandesa. Es decir, aseguraba el gusto por la pelota y el juego de posesión. Y la directiva acertó. En 2008, Frank se marchó de la entidad con cinco títulos (entre ellos, la Champions) dejando un recuerdo imborrable. Su lugar, posteriormente, lo ocupó Guardiola.


Ha pasado casi una década de aquello y, desde entonces, las preferencias han cambiado. La apuesta recurrente por lo holandés, tan del gusto del club desde que Cruyff se sentara en el Camp Nou, ha mutado. Así lo confirman las últimas decisiones tomadas por el club: cuatro de los cinco últimos entrenadores que ha tenido el Barcelona son españoles (Guardiola, Tito Vilanova, Jordi Roura y Luis Enrique), con la excepción del 'Tata' Martino; y el de la próxima temporada, Ernesto Valverde, también lo será.


El primero en sustituir a Rjkaard fue Guardiola, santo y seña del barcelonismo. Y la decisión de la directiva fue la correcta. Pep, en cuatro años, se hizo con 14 títulos y, sobre todo, consiguió que el Barcelona, con Messi a la cabeza, mostrara un estilo reconocible de juego. El entrenador español cogió el molde de Frank, siguió los consejos de Cruyff y dejó su sello junto al astro argentino. Volvió a formar con tres defensas, como exige el método holandés, y recuperó la figura del ‘falso 9’. Se marchó como un ídolo.

Guardiola habla con Messi.

Guardiola habla con Messi. EFE


En total, Guardiola aguantó cuatro años. Demasiados. Él, en petit comité, siempre quiso dejar claro que le sobró su cuarta temporada. En cualquier caso, él decidió marcharse y su lugar lo ocupó Tito Vilanova. Y la decisión de la directiva, de nuevo, fue la correcta. El que fuera segundo entrenador del Barcelona tomó el mando como primer espada y, aunque tuvo que ser sustituido por Jordi Roura por su estado de salud, se hizo con la Liga en su primera temporada. El siguiente curso, tristemente, un cáncer se lo llevó y desde la entidad azulgrana quisieron cambiar el rumbo. 

LUIS ENRIQUE, EL SALVADOR


La directiva buscó un entrenador con perfil Barça y se fijó en uno de los muchos alumnos de Bielsa que pululaban por el planeta fútbol: Gerardo el ‘Tata’ Martino. Esta vez, sin embargo, la decisión no fue la correcta. El argentino terminó la temporada con un solo título (la Supercopa de España) y con un equipo a la deriva. Incluido Messi, que cuajó su peor temporada como azulgrana.


El ‘Tata’ abandonó el equipo y la directiva apostó por Luis Enrique. Y volvió a acertar en su decisión. El ex del Barcelona tomó el mando y llevó al conjunto azulgrana, en su primera temporada, a hacerse con cinco títulos. En las dos restantes, ganó otros cuatro. Es decir, ‘Lucho’ se marchó el pasado domingo tras conquistar la Copa del Rey contra el Alavés con la cabeza bien alta.


Para la próxima temporada, el Barcelona ha decidido apostar por otro técnico español: Ernesto Valverde. El ex del Athletic militó durante tres temporadas en el Barcelona y mamó el estilo Cruyff desde entonces. Esa ha sido su propuesta en cada uno de los clubes a los que ha entrenado (Espanyol, Olympiacos, Villarreal y Valencia). Y, por supuesto, en el conjunto vasco, con el que consiguió clasificarse a la Champions en su primera temporada y para Europa en cinco de sus seis cursos como ‘león’.


De nuevo, con su incorporación, en el Barcelona han apostado a seguro. Valverde garantiza muchas cosas con su llegada: la perpetuidad del estilo de juego Barça, la recuperación de la cantera (así lo ha demostrado en su etapa en el Athletic, donde ha contado con numerosos jóvenes procedentes de Lezama) y la paz en la sala de prensa. Esto último es lo que cambia con respecto a Luis Enrique, que terminó su etapa tras varios encontronazos con los periodistas. Otro español. ¿El último? Eso dependerá de él (y de las preferencias del Barcelona). De momento, no ha ido mal. 

Ernesto Valverde protesta en la banda durante un partido con el Barcelona.

Ernesto Valverde protesta en la banda durante un partido con el Barcelona. EFE