El Levante y el Valencia firmaron tablas (1-1) en el derbi valenciano tras un encuentro muy igualado y en el que la intensidad prevaleció sobre la calidad de un juego más centrado en la defensa que en buscar la portería contraria.
Con un juego parejo los goles llegaron en una primera parte con la nivel de juego por parte de ambos contendientes, más preocupados a los largo de todo el choque en no perder que en buscar el triunfo.
El choque se inició bajo el guión previsto, exhibiendo ambos equipos desde pronto la solvencia defensiva de la que han hecho gala hasta el momento en el campeonato y con un respeto mutuo que rompió el Levante sobre el minuto 20 merodeando la meta de Neto, aunque sin mucho peligro.
El Levante con las líneas juntas atrás dejaba sin espacios al Valencia, que intentó romper esas líneas con balones largos y jugadas por banda. Aunque ambos equipos también mostraron los problemas que le han acompañado en anteriores jornadas para buscar la meta contraria fue el Valencia el que encontró antes premio con un gol de cabeza de Rodrigo a la media hora de juego.
Un centro desde la izquierda de Pereira al centro del área fue rematado por el atacante valencianista para superar a Raúl Fernández. El gol desajustó por unos instantes al Levante, que vio como el Valencia perdonaba el segundo gol en una acción en la que Carlos Soler, tras un remate de Mina rechazado por la cruceta, no pudo de cabeza superar a un Raúl Fernández que sacó una mano espectacular.
Pero el Levante se rehizo y buscó la meta rival hasta que Bardhi ponía la tablas en el marcador en el 41. El jugador macedonio controló el balón con el pecho y con un disparo ajustado al palo batió a Neto. Los últimos minutos de este periodo fueron los mejores del Levante e hizo sufrir a un Valencia que acusó el gol en contra en la recta final del primer tiempo.
El Valencia salió más fuerte en el segundo tiempo pero pronto se volvería a nivelar el choque ya que ninguno de los dos equipos lograba imponerse en el centro del campo y las idas y vendidas en ambas área eran la constante del juego.
En este segundo periodo la calidad del juego bajó y aunque el Valencia encaraba la recta final con mejores sensaciones que el Levante la falta de profundidad ofensiva le impidió poner en apuros a la meta levantinista.
Buena parte de esas dificultades ofensivas del Valencia se debía a la buena disposición defensiva del equipo de Juan Ramón López Muñiz, que cerraba todos los espacios en las inmediaciones de su área. En la recta final del choque ambos equipos dieron por bueno el punto y salvo algunas tímidas acometidas el encuentro no tuvo apenas sobresaltos en sus últimos compases.