Había aguantado el Villarreal una hora de juego, pero todo cambió cuando De Burgos Bengoetxea, el árbitro que expulsó a Cristiano Ronaldo en el Camp Nou en la Supercopa de España, enseñó la roja a Raba y dejó a los castellonenses con diez jugadores los últimos 30 minutos. Ahí cambió el partido y quizá la Liga. [Narración y estadísticas: Villarreal 0-2 Barcelona]
El Barça ganó en el Estadio de la Cerámica con un resultado más abultado del que mereció y con un guión distorsionado por la mencionada expulsión. Y ganó sin demostrar nada, con un juego muy plano. En resumen, no jugó a nada, salvo a ganar. Y así se ganan Ligas. Tras dos empates en Liga (ante Valencia y Celta) recuperó la victoria en un partido gris marcado por jugar en superioridad.
El Villarreal se quedó con 10 jugadores en el minuto 60 cuando su futbolista Raba entró fuerte y golpeó a Busquets, que rodó por el césped mostrando un dolor que, afortunadamente, acabó no siendo real. La roja se podía sacar porque la falta del joven jugador del Villarreal fue muy peligrosa, pero la pregunta es cuál es el criterio. Hace pocas semanas, una entrada similar, incluso más dura, de Savic a Kroos en el Atlético-Real Madrid fue amarilla.
El encuentro en el Estadio de la Cerámica es imposible el partido sin la expulsión de Raba. De un encuentro igualado, en el que el Barça era ligeramente superior pero no encontraba ni las ocasiones ni el gol, se pasó a un dominio irreal culé. Al Villarreal le desestabilizó tanto quedarse con 10 que se electrocutó y se quedó sin ideas. Un equipo que había brillado en la salida del balón acabó frustrado fallando atrás.
Será decisión de cada uno de ustedes juzgar si fue o no roja la entrada de Raba sobre Busquets, pero de lo que no hay duda es que a partir de ahí el Barça ganó y dio un pase importante para la Liga, ya que llegó a Villarreal con la presión de las victorias de Valencia, Atlético y Real Madrid. La realidad es que 11 vs 11 la igualdad fue máxima y el Barcelona solo superó a su rival cuando jugó contra 10.
El primer gol llegó 10 minutos después de la expulsión de Raba en una gran jugada coral del Barça que acabó con una precisa pared entre Paco Alcácer y Luis Suárez y una perfecta definición del uruguayo, que regateó a Asenjo (¡qué bueno volver a verle!) para adelantar a los de Valverde. Un gol total que fue acompañado después con otro tanto de Messi en un fallo del Villarreal, que se equivocó al sacar el balón desde portería y dejó al argentino solo ante el portero. Si se aplicara el reglamento al 100% este 0-2 sería ilegal, ya que Luis Suárez metió un balón en el campo para paralizar la jugada inicial del Villarreal. Y con dos balones en el campo no se puede jugar...
¿Mereció ganar el Barça? La pregunta es difícil, ya que 11 vs 11 la respuesta es no, pero con la superioridad numérica sí. Una (justa) decisión arbitral decantó un partido que de cara al futuro puede valer mucho. Los culés sacan tres puntos de uno de los campos más difíciles de la Liga y lo hacen además sin necesidad de mostrar un gran fútbol. Eso es lo sorprendente. Este Barça, aunque parezca mentira, es el más plano en años pero a su vez el más inteligente.
Ahora bien, al igual que urge implantar el videoarbitraje, también es importante unificar criterios en el arbitraje. La falta que es roja en el Estadio de la Cerámica debe ser roja en el Metropolitano o en el Villamarín. Si no se aplica la justicia igual para todos, un partido sufre una alteración. Y esas alteraciones deciden Ligas.