Los Reyes le trajeron al Barcelona, previo derroche de muchos millones de euros, a Coutinho, uno de esos futbolistas que mejorarán y ampliarán un centro del campo en total renovación, pero el brasileño todavía no puede jugar. A la espera del brasileño, el Barça tuvo el regalo de Dembélé, que volvió a una titularidad tres meses y medio después, aunque al francés todavía le falta mucho ritmo. [Narración y estadísticas: Barcelona 2-0 Levante]
Los culés ganaron al Levante sin muchas complicaciones en un partido desangelado, de esos que te quitas como puedes de encima y evitas la sorpresa. Con un Camp Nou frío, más vacío de lo normal, el Barça ejerció de líder de la Liga para ganar sin brillantez, pero también sin sufrir, a un combativo Levante, que tuvo sus oportunidades pero demostró las inmensas diferencias que existen en la Liga.
Y ya si aparece Messi el milagro de sacar puntos en el Camp Nou es eso, un milagro. El argentino, a medio ritmo, marcó el primer gol, el más importante, para desatascar el partido nada más comenzar el mismo, y regaló el tercero a Paulinho, ya en el tiempo de descuento tras una jugada diabólica del argentino.
El primer gol fue un buen disparo medido desde dentro del área que golpeó en el palo y, como si el año nuevo hubiera cambiado en el Barça, el esférico, tras tocar en la madera, entró en la portería y no se fue fuera como el pasado año. Oier Olazábal, portero del Levante y canterano culé, pudo hacer más.
Luis Suárez, que estuvo perfecto en la lectura de todos los ataques del Barça con buenos desmarques, falló otra vez con la puntería, pero por lo menos marcó, pasada la media hora de juego, en un buen centro de Sergi Roberto que controló y disparó bien el uruguayo. Pero puedo acabar con más goles.
El Levante, aunque no estuvo cerca nunca ni del empate, tuvo alguna que otra acción para dar emoción a este insulso encuentro, especialmente en el inicio de la segunda parte, cuando el Barça entendió que sus deberes ya estaban hechos y se desconectó de la segunda parte. Ivi y Jason estuvieron cerca de marcar. En el remate del segundo se lució Ter Stegen, que comienza a ser uno de esos porteros que va a paradón por partido y en cualquiera de las fases del encuentro.
Con una defensa formada por Mascherano y Vermaelen era normal que el Levante se acercara al área contraria, pero de justicia es reconocer que ambos no cometieron errores en el que puede ser el último partido como culé del argentino.
Lo importante. El Barça ganó en uno de esos duelos en los que, al inicio del mismo, había más que perder que de ganar y demuestra la razón por la que es el líder. El Real Madrid, por ejemplo, empató ante este mismo Levante en el Bernabéu y el Valencia tampoco fue capaz de ganar a su rival de ciudad en el Ciutat. Son estas las diferencias que después deciden una Liga.