El Real Madrid celebra en Cardiff su Duodécima Copa de Europa y con los futbolistas ya en el vestuario, a un jugador se le pasa por la cabeza pensar en el futuro. "Hay que ir a por otra, tío", le dice Nacho a Carvajal, que repite las palabras del primero. Los dos, quizá sin saberlo, están resumiendo en muy pocas palabras la historia del Real Madrid. Para eso son canteranos. Esa ambición y exigencia infinita por hacer del club blanco el mejor cada año. Si se gana la Duodécima, hay que ir a por la Decimotercera. "Esto es el Madrid, ganar y ganar", añadía el central.
Nacho Fernández es uno de los pocos corazones que late actualmente en el Real Madrid. Lo hace desde 2001, cuando se incorporó con 11 años a las cantera blanca y de la que no ha salido nunca, y no por falta de ofertas. Una vida de blanco, pasando por todas las categorías, creciendo desde el trabajo y no desde el nombre, hasta llegar a ser el capitán de la sombra, un jugador clave en el vestuario, tal y como se puedo ver en el documental 'En el corazón de la Duodécima' que el pasado martes estrenó Real Madrid TV.
"Tres Champions más y dejo el fútbol", aseguraba Nacho en el Millennium de Cardiff. Acababa de ganar su tercera Champions en cuatro años. El defensor no había jugado aquella final (fue Varane-Ramos la pareja), pero sí había tenido una participación decisiva en las eliminatorias anteriores. A pesar de no disputar un solo minuto ante la Juventus, Nacho sacó su vena madridista, su espíritu de capitán y aconsejó, animó, motivó y lideró a sus compañeros desde el banquillo.
Capitán con experiencia y sin brazalete
Ante tantas estrellas en el vestuario, Nacho destaca por su discreción y perfil bajo. Podría pasar más como un jugador de los 90 que de los modernos. Sigue viviendo en Alcalá de Henares, no se le recuerda ningún incidente negativo ni ningún problema extradeportivo y jamás ha levantado la voz ante la falta de minutos. Y eso que podría tener motivos. Para que lo entiendan, sería el perfecto yerno.
Siempre correcto, el documental sobre la final de la Champions en Cardiff acabó visibilizando lo que ya se sabía de puertas para adentro: el papel cada vez más importante de Nacho en el vestuario del Real Madrid. No lleva el brazalete, pero ejerce como tal. No es de extrañar, ya que en la etapa del Castilla más exitoso en décadas (2012-2014) él era el capitán de una generación irrepetible.
Si Sergio Ramos algún día tiene que nombrar a su heredero, no debería pensárselo mucho. Lo tiene muy cerca, aunque por edad quizá le llegue tarde el traspaso de poderes (28 años tiene ya Nacho). El canterano cumple dos requisitos vitales: cariño del Bernabéu y madridista de arriba a abajo. Los niños de la cantera del Real Madrid tienen en Nacho el mejor espero en el que fijarse.
Y además, Nacho es central, por lo que la coincidencia con Ramos es casi total. Solo algunos (o muchos) tatuajes les separan. Pero, al margen de su papel sentimental y de representar a ese canterano que con trabajo llegó a ascender al primer equipo, Nacho cumple ahora también una labor imprescindible en la defensa del Real Madrid, la línea que más está sufriendo la crisis de resultados y la más trascendental en el único partido importante del equipo blanco este año.
Ante el PSG (14 de febrero), el Real Madrid tiene la necesidad imperiosa de no recibir gol. En las eliminatorias a ida y vuelta, encajar un tanto en tu casa (salvo que ganes por mucha distancia) es una importante losa que puede acabar decidiendo eliminatorias por el valor doble de los goles a domicilio en caso de empate. No sería extraño que el duelo Madrid - PSG se decida por muy pequeños detalles.
Clave para arreglar la defensa
Hasta ahora, el equipo de Zidane ha sufrido mucho en defensa, con fallos impropios de su nivel y con una descoordinación que han llevado a unos malos datos en este aspecto. El Madrid recibe (casi) un gol por partido en Liga (19 en 20 encuentros) y encajó siete en seis duelos de Champions. En Copa del Rey los datos son peores, ya que recibió seis goles (todos en el Santiago Bernabéu) en seis partidos ante rivales muy inferiores.
No es ningún secreto que la zaga madridista concede mucho, que los rivales marcan gol al Real Madrid creando muy poco peligro y que el centro de la defensa está sufriendo este año unos vaivenes difíciles de superar. Con Vallejo lesionado al inicio y a mitad (actualmente así está), solo quedan disponibles Varane, que cada 4-5 partidos sufre molestias, Sergio Ramos, que siempre que esté bien jugará... y Nacho, el único que cumple verdaderamente este año.
El partido ante el Deportivo de hace dos semanas reflejó el buen estado del central. Además de marcar dos goles, algo lógicamente no muy habitual, se desfondó en cualquier minuto y con cualquier resultado. Fue admirable verle luchar cada balón aún con la goleada ya certificada. Era normal que se ganara la mayor ovación que el Bernabéu le ha brindado en todo este tiempo.
El Madrid sigue con su 'pretemporada' ante el Levante
Nacho es posiblemente uno de los que salgan al Ciutat de Valencia este sábado, donde el Real Madrid sigue con su 'mini pretemporada' de Liga para preparar la Champions. En un estadio que tradicionalmente sufre, espera el Levante (20:45 horas), que sufre ya la agonía del descenso (a dos puntos) y que solo ha ganado un partido en Liga de los últimos 16. Es el equipo que menos vence (junto con el Málaga) y el que más empata. En el Ciutat no conoce la victoria desde el 21 de septiembre de 2017.
Si no jugara Nacho sería para dar a entrada a Varane, al que Zidane siempre ha preferido en las grandes citas junto a Ramos. El Madrid va a Valencia sin haber jugado partido entre semana y con la BBC de nuevo titular. Las necesidades del Levante se miden al orgullo del Real Madrid, que siempre estará mirando al PSG. Así han querido los blancos que sea su presente.