La alianza de Donald Trump con Arabia Saudí se escenificó este jueves. El fin de semana se celebra un evento de LIV Golf, la competición respaldada por el dinero saudí, en el lujoso campo de golf al noroeste de Nueva Jersey (Bedminster) que construyó el expresidente de los Estados Unidos. En la víspera, el que cogió el palo fue el propio Trump.
Durante la jornada se celebró un torneo Pro-Am -donde profesionales y amateurs se unen- que no tenía otro fin que juntar a varias celebridades con los golfistas del nuevo circuito, que llega para competir contra el PGA Tour. Trump, del primer grupo, se juntó con dos de los 'desertores', Dustin Johnson y Bryson DeChambeau, y su hijo Eric.
Donald Trump siempre ha sido aficionado al golf y este jueves, en su propio campo, se dio el lujo de jugar durante 18 hoyos. Casi medio centenar de medios acreditados, y algunos funcionarios de la cita, formaron una comitiva de carritos con el empresario a la cabeza al volante, y sin acompañante, del suyo.
Tal y como recoge el New York Times, tras algunos hoyos, Donald Trump se paró a hablar brevemente con un grupo de reporteros. Le preguntaron por la cantidad de dinero que se podría llevar por organizar el torneo de LIV Golf en su campo: "No lo hago por eso. Lo hago porque creo que es bueno para el golf", dijo el expresidente estadounidense con una sonrisa en su rostro.
Ataviado con la gorra roja con su lema de campaña Make America Great Again, Trump respondió también a un periodista que le pedía un mensaje para las víctimas del 11-S, que protestaron hace unos días y lo harán de nuevo mañana para denunciar el LIV, al estar respaldado con dinero del Gobierno saudí.
"Nadie ha llegado al fondo de la cuestión con el 11S, desafortunadamente, sobre los maníacos que hicieron esa cosa horrible a nuestra ciudad, nuestro país y al mundo", comenta en un video el exmandatario en el circuito de golf de su complejo Trump National Gold Club, situado en Bedminster.
"He conocido a esta gente mucho tiempo en Arabia Saudí, han sido mis amigos mucho tiempo, han invertido en muchas compañías estadounidenses, tienen grandes porcentajes de muchas compañías estadounidenses, y francamente lo que hacen por el golf y los jugadores de golf es fantástico", agrega el magnate.
Trump ha estado en el punto de mira del colectivo del 11S desde que empezó a animar a los golfistas a abandonar el PGA Tour, que organiza las competiciones profesionales en EEUU y Norteamérica, y apostar por LIV, un circuito financiado por el fondo soberano de Arabia Saudí, que se celebra en su propiedad.
Un centenar de víctimas y familiares protestaron a las puertas del complejo y planean hacerlo este viernes para poner en el foco la relación entre el Gobierno saudí y los atentados en los que murieron unas 3.000 personas, buena parte de ellas en las Torres Gemelas de Nueva York, estado vecino de Nueva Jersey.
Las organizaciones que agrupan al colectivo del 11S han aludido a los documentos de la investigación de EE.UU. sobre los ataques, desclasificados recientemente por el FBI y que ahondan en el papel que tuvo en los hechos Arabia Saudí, país del que eran ciudadanos 15 de los 19 autores de los atentados.