El mundo del golf ha dado un cambio radical con la entrada del LIV Golf. Los millonarios fichajes de gran cantidad de estrellas procedentes del PGA Tour y las espectaculares bolsas de premios han desembarcado con poderío. Y si no, que se lo digan a Eugenio López Chacarra (Madrid, 2000) que está a punto de llevarse el LIV de Bangkok y su cuantiosa bolsa cifrada en los cinco millones de euros.
El joven super talento desembarcó hace apenas unos meses en el circuito saudí tras aceptar una descomunal oferta. Lo que parecía una carrera con visos a dar un futuro salto al profesionalismo de manera pautada, se truncó al recibir sobre la mesa un contrato irrechazable.
Como líder destacado de la prueba de Bangkok, el golfista de 22 años está justificando de manera sobrada su gran salto al profesionalismo. Una subida de escalón que le permitió plena libertad de escoger su futuro, al no estar ligado con ningún gran organismo dentro del mundo del golf.
El LIV vio en él una apuesta segura, de ahí que apostase desorbitadamente por tenerlo entre su nómina de jugadores. Chacarra vio en ellos la ocasión de asegurarse un futuro para él y los suyos. Una combinación perfecta en la que las dos partes están sacando rédito absoluto.
Descomunal en Bangkok
El show del madrileño en Tailandia está encandilando al mundo. Frente a las enormes figuras que copan la lista de participantes, el español se mueve como pez en el agua ante su descomunal calidad con los palos. Un talento que está explotando y que asoma para colocarse como uno de los jugadores más emergentes de la temporada.
Patrick Reed, Brooks Koepka, Phil Mickelson, Sergio García, Dustin Johnson o Cameron Smith son algunos de sus rivales. No es moco de pavo todo lo que está consiguiendo en Bangkok. Una exhibición que a sus 22 años le ha hecho presentar su candidatura para ser una de las estrellas del futuro.
Su salto cualitativo en un torneo de esta envergadura, le ha hecho copar gran cantidad de titulares. Su puesta en escena ha sido prácticamente inmejorable en tierras tailandesas. Ya no es ser el mejor con una tarjeta de -16, sino que está guiando a su equipo Fireball SC, junto a Sergio García y los mexicanos Abraham Ancer y Carlos Ortiz, a comandar la tabla por equipos y ampliar de ese modo su cuantioso premio en el país asiático que puede colocarse en los cinco millones de euros.
La apuesta del CEO del LIV, Greg Norman, ha tardado muy poco en explotar. Desde que se enrolase en las filas del campeonato patrocinado por el gobierno saudí, el madrileño ha disputado cuatro torneos. Portland, Bedminster, Boston y Chicago fueron los primeros. Con sus geniales tarjetas en Bangkok, ya ha puesto en escena el gran potencial que tiene en sus manos.
Una mezcla de juventud y talento que ya ha dado muestras de que no se achica ante los grandes tiburones del circuito. Una perla, que a pesar de su corta edad, ya está peleando con los mejores. Y lo está haciendo de la mejor manera.
Oferta irrechazable
El que fuese número 2 del ranking amateur no pudo decir que no a los cantos de sirena procedes de Arabia Saudí. Un desembarco provocado ante la lluvia de millones, aunque no fuese el plan inicial establecido por el propio Chacarra para dar el salto al profesionalismo.
Forjado en Estados Unidos, al más puro estilo Jon Rahm, este madrileño se curtió en el potente circuito americano. En él, las estrellas más jóvenes de golf crecen ante la enorme competitividad que hay en los torneos. Graduado en la Universidad de Oklahoma en Finanzas y Psicología, su apuesta inicial fue la de esperar para dar el salto al máximo nivel. Sin embargo, hay cosas que no se pueden rechazar.
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"Me hicieron una propuesta. Con mi mánager y mi padre contestamos con una oferta a la alta con la intención de cerrar en un término medio... y nos aceptaron nuestra petición. Hay cosas en la vida que no se pueden rechazar. Es un cambio de vida para mí, para mi familia de ahora y para mi familia futura. Es una gran experiencia y luego ya en el futuro quién sabe. Seguir aquí o me iré al PGA Tour y European Tour, o lo que sea", expresaba en su momento el golfista, antes de iniciar una nueva etapa en su vida.
En total, un acuerdo cifrado en diez millones de euros por unirse a ellos por los dos próximos años. Una cuantía que puede ascender a otros cinco más si cumple ciertos objetivos. Todo ello más lo que consiga con sus participaciones en los torneos, es decir, una apuesta redonda que ya está dando sus réditos.
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Otra de sus motivaciones para el salto con los mejores fue empaparse de ese ambiente que rodea el poder jugar con ellos. Una experiencia que difícilmente iba a poder sumar en el circuito universitario. Una oportunidad de oro de poder compartir hoyos con gran parte de los golfistas que han dominado la especialidad en la última década.
"Cuando hablé con mi coach, me dijo que no dudara en ir, porque iba a jugar con ganadores de torneos del PGA e iba a aprender mucho", expresaba. Un lujo que pocos se pueden permitir a su corta edad.
Un futuro del cual ya está sacando provecho y en el que está recogiendo todos los focos a nivel internacional. Ya sea por su talento con los palos o en el green, Chacarra ya se ha colocado como una de las grandes figuras llamadas a estar con los mejores en apenas unos años. Ya sea en LIV, en el PGA Tour o le European Tour, este español ya está encandilando al mundo con su talento en los hoyos.