El pasado 7 de diciembre Jon Rahm soltó un bombazo que puso 'patas arriba' el mundo del golf. El golfista vasco anunció su desembarco en el LIV Golf, circuito saudí, y dejaba atrás el circuito más prestigioso del mundo. Una decisión que causó muchas suspicacias, pero que el de Barrica defendió a capa y espada.
Rahm comenzó así en 2024 una nueva etapa en su carrera deportiva. Por primera vez desde 2016 jugó más allá de las fronteras del PGA Tour, pero con la presencia asegurada en los majors. El vencer en el Masters de Augusta del año pasado le asegura un billete en dicho torneo, el PGA Championship, el British Open y el US Open hasta 2027.
Tras el LIV de Hong Kong celebrado este pasado fin de semana el circuito saudí llegó a su primer cuarto de temporada, tiempo suficiente para hacer balance de como le está yendo a Rahm en su nueva aventura.
Hasta ahora, el balance no es del todo positivo. Ha disputado cuatro torneos y no ha logrado ningún título. Ha fallado especialmente en los momentos clave, cuando se decidían las cosas, pero la gran noticia es que siempre ha estado cerca de consagrarse campeón.
Nuevo tropiezo
Jon Rahm afrontó este fin de semana el cuarto torneo de la temporada. Llegaba a Hong Kong con la intención de conquistar su primer trofeo en el circuito saudí y se quedó cerca de ello. Sin embargo, siempre que ha llegado el momento decisivo ha terminado por perder sus opciones.
No es una sensación, sino un dato: en tres de los cuatro eventos de la presente temporada del circuito saudí, el de Barrika ha entregado su peor tarjeta en la tercera ronda (en Yeda se salvó por un golpe). Le ocurrió nuevamente este pasado domingo en Hong Kong, donde se le escaparon las opciones de triunfo en una vuelta irregular en la que no supo reducir la brecha con un Abraham Ancer.
Cierto es que, a primera hora de la mañana de este lluvioso día en el país asiático, resultaba utópico pensar en un triunfo de alguien que no fuese Abraham Ancer, que empezó con seis de ventaja sobre Jon, aunque el mexicano dio unas señas de debilidad que no rentabilizó el vasco. El de Barrica lo intentó hasta el final, pero no pudo con el gran nivel de su rival.
Queda claro que, por momentos, Jon Rahm es capaz de sacar su mejor versión, con un gran juego de 'tee' a 'green' y un desempeño espectacular en los tapetes, donde a veces parecía no haber distancia imposible de embocar. Mas, en las cuatro citas disputadas ha dejado claro que ya no es capaz de cerrar los torneos como hacía antes.
Hasta el curso precedente, ver a Rahm cerca de la cabeza en la última jornada era garantía de soñar con el título. Por lo visto hasta el torneo de ayer en Hong Kong, le están sobrando los tres últimos hoyos en los que pierde las opciones que por su calidad se había forjado.
Cerca del éxito
Tener 72 hoyos por delante o únicamente 54 provoca una diferencia estratégica, pues hay un margen de error mucho menor y, consecuentemente, para las remontadas. Eso es lo que le está condenando a Rahm.
Sin embargo, lo positivo para 'Rahmbo' es que pasan los torneos en LIV y es una constante verle en la batalla por el título. Siempre ha finalizado entre los ocho mejores, y siempre ha comenzado la jornada final en el partido estelar o en el inmediatamente previo.
[La nueva vida de Jon Rahm en el circuito saudí LIV Golf y la esperanza de volver a los torneos PGA]
Es el único de todo el circuito que ha acabado los cuatro torneos en el top 10 y eso lo ha catapultado hasta la segunda plaza del 'ranking' absoluto, solo por detrás del intratable Joaquín Niemann, que ya acumula dos trofeos en su palmarés.
Ahora, el LIV Golf se toma un tiempo de descanso. Parará durante un mes y volverá a la acción el 5 de abril en Miami. Será la antesala del Masters de Augusta, torneo en el que Rahm defiende la corona.