Sergio García ha dado un golpe sobre la mesa en el mundo del golf al pagar la sanción millonaria que le impuso el DP World Tour tras su controvertida salida hacia el LIV Golf en 2022.
Esta decisión, motivada por su deseo de volver a competir en la Ryder Cup 2025, no solo marca un punto de inflexión en su carrera, sino que también pone en una situación complicada a su compatriota Jon Rahm, quien se enfrenta a un dilema similar para mantener su elegibilidad en el prestigioso torneo.
García, con una impresionante trayectoria en la Ryder Cup que incluye ser el jugador con más puntos en la historia del evento (28,5), estaba fuera del radar europeo desde que abandonó el circuito. Sin embargo, su decisión de pagar más de un millón de libras en multas ha reabierto las puertas para competir en la edición de 2025, que se celebrará en Bethpage Black, Estados Unidos.
Rahm, en el punto de mira
La situación de Sergio García tiene repercusiones directas para Jon Rahm, quien enfrenta una multa similar por su participación en el LIV Golf. Rahm, que firmó un contrato millonario con el circuito saudí en 2023 por 550 millones de dólares, mantiene una batalla legal con el DP World Tour para evitar pagar la sanción.
Sin embargo, la decisión de García podría obligar al vasco a replantearse su postura, ya que su presencia en la Ryder Cup también depende de recuperar su plena membresía en el circuito europeo.
Rahm, actualmente clasificado en la décima posición del ranking europeo, necesitaría un rendimiento excepcional en 2025 para asegurar su lugar entre los seis clasificados directos al equipo.
Además, el sistema de selección deja las últimas seis plazas a discreción del capitán, lo que complica aún más su situación si persisten las tensiones con el DP World Tour.
Más nombres en duda
Sergio García no está solo en su regreso al DP World Tour. Una lista de jugadores destacados, incluyendo a Tyrrell Hatton, Adrian Meronk, Thomas Pieters, Patrick Reed y el propio Jon Rahm, ha decidido asegurar su membresía en el circuito europeo para mantener vivas sus aspiraciones de competir en la Ryder Cup 2025.
Estos movimientos evidencian el impacto que la ruptura entre el LIV Golf y los circuitos tradicionales ha tenido en las carreras de los jugadores. Entre estos nombres, Patrick Reed es el único estadounidense en considerar esta estrategia, aprovechando que su membresía en el DP World Tour le permite acumular puntos de clasificación mundial, algo que no ocurre en el LIV Golf.
Por un lado, los jugadores buscan maximizar sus ingresos en circuitos como el LIV Golf, mientras que, por otro, la Ryder Cup sigue siendo un evento insustituible en términos de prestigio y legado.
Este equilibrio es especialmente delicado para golfistas como Rahm, quienes deben decidir entre mantener una postura firme contra las sanciones o aceptar las condiciones del DP World Tour para no quedar excluidos de la competición por equipos más importante del golf.
Aunque García ya ha resuelto su situación, Rahm todavía tiene un camino lleno de obstáculos. Su estrategia legal busca anular las multas impuestas, pero el tiempo juega en su contra.
Si el fallo no le favorece, su única opción sería seguir el ejemplo de su compatriota y aceptar la sanción económica. Además, deberá mantener un rendimiento sobresaliente en los torneos del DP World Tour y los Majors para asegurar su clasificación o, al menos, ganarse la confianza de Luke Donald para ser elegido como una de las selecciones del capitán.
La decisión de García no solo redefine su carrera, sino que también establece un precedente que podría cambiar el enfoque de otros jugadores. Mientras tanto, la Ryder Cup 2025 se perfila como un escenario de máxima tensión, no solo por la rivalidad entre Europa y Estados Unidos, sino también por las implicaciones políticas y económicas que rodean a los participantes.