A 12 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río, los problemas se siguen sucediendo en la organización. El dilema con Rusia no es el único asunto urgente a resolver en la recta final de la carrera olímpica. Ahora también hay inconvenientes con uno de los grandes escenarios de la cita: la Villa Olímpica. De tanta magnitud como para que la delegación de Australia la califique de "inhabitable", sin intención de vivir en ella dadas las condiciones de la instalación.
¿Por qué? La jefa de expedición aussie, Kitty Chiller, cuenta en un comunicado que "los problemas incluyen baños bloqueados, tuberías que gotean, cables de la instalación eléctrica a la vista, tramos de escaleras oscuros y sin luz y suelos sucios que necesitan una limpieza masiva".
De hecho, las goteras han generado grandes charcos en los suelos, cercanos al cableado y al alambrado de la Villa. Además del agua, el gas también es una preocupación importante, ya que hay un fuerte olor al mismo en algunos apartamentos. Como la electricidad, al haberse producido algunos cortocircuitos.
Australia no es el único país que quiere impedir que sus deportistas vivan en la residencia oficial olímpica. Las delegaciones de Nueva Zelanda y Gran Bretaña podrían acompañarle en el 'boicot'. "A partir de lo que hemos visto, aún no podría haber gente allí", señaló una fuente al diario The Sydney Morning Herald.
Y, sin embargo, la Villa Olímpica acoge a sus primeros residentes desde este domingo, procedentes de Brasil, Italia, Alemania y Canadá. Precisamente los italianos, según contó el periódico Folha de Sao Paulo, pagaron de su bolsillo algunos trabajos de reforma (como colocar lámparas y fijar tuberías) junto a estadounidenses y holandeses.
"Las reclamaciones son normales, los primeros días que llegas siempre encuentras algunos problemas. Eso sucede en todas las obras grandes, hasta dentro de casa. Las instalaciones todavía no están al cien por cien", reconoció la alcaldesa de la residencia, Janeth Arcain.
La exjugadora brasileña de baloncesto confía en que todo se resuelva en los próximos días. De hecho, el Comité Olímpico de Brasil ha contratado a 500 funcionarios para solventar a contrarreloj el enésimo problema de los Juegos de Río. De su resolución depende la comodidad de los 10.000 deportistas de más de 200 países en la Villa Olímpica.