La saltadora brasileña Ingrid de Oliveira, que compite en salto de trampolín tanto en categoría individual como sincronizada, protagonizó un escándalo en la Villa Olímpica. Ingrid pasó la noche con el remero brasileño Pedro Gonçalves la noche antes de la competición de salto sincronizado de 10 metros, en la que terminó última junto a su compañera de salto Giovanna Pedrosa.
Este último puesto fue un palo muy duro para las brasileñas, que venían de ganar la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015.
Las dos atletas mantuvieron una discusión la noche antes de la competición. Ingrid de Oliveira le pidió a Giovanna Pedrosa que se fuera a dormir a otra habitación porque iba a recibir a un hombre (Pedro Gonçalves) y quería intimidad en el dormitorio que compartían ambas.
Después de estos hechos, el Comité Olímpico Brasileño (COB) casi expulsa a la saltadora brasileña por el escándalo sexual protagonizado junto al remero también brasileño Pedro Gonçalves. Finalmente, el COB decidió no castigar a la atleta y emitió un comunicado en el que asegura que "los problemas internos se resuelven dentro de la Delegación, priorizando, siempre que sea posible, el carácter educativo antes que el punitivo".
Ingrid de Oliveira tendrá la oportunidad de competir otra vez el día 17, esta vez en la categoría de salto individual.