Brasil y el viejo truco de las selecciones permanentes
La base del equipo femenino de fútbol de Brasil, clasificadas para las semifinales, son jugadoras que solo juegan con la selección. Una solución sorprendente .
16 agosto, 2016 02:17Noticias relacionadas
Brasil cortó por lo sano hace poco más de año y medio en busca de uno de los grandes retos: el oro olímpico de la selección femenina de fútbol. La táctica fue un doble tirabuzón, eso sí.
Es mucho más fácil crear y desarrollar un equipo nacional, que crear y desarrollar un campeonato brasileño decente con veinte equipos de calidad para elegir después a las mejores y que formen parte de la selección. Ese fue el arriesgado movimiento de la Confederación Brasileña de Fútbol en enero de 2015. No es novedoso pero sí sorprendente, en un país con tanta pasión por el balompié.
Según informaba oficialmente el Ministerio de Deportes a finales del año 2014, Brasil pasaría a tener una selección permanente de fútbol de cara al Campeonato del Mundo de 2015 y a estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. “Las jugadoras serán contratadas por la Confederación Brasileña de Fútbol para poder dedicarse, exclusivamente, al equipo nacional”, explicaba el comunidado. Por delante, el Mundial, los Juegos Panamericanos y las Olimpiadas.
A pesar de ser considerado como el país del fútbol, Brasil tuvo muchos problemas durante el siglo XX para organizar su campeonato nacional en la categoría masculina, fundamentalmente por las dimensiones del país y el elevado número de equipos. Los campeonatos estatales (paulista, carioca, mineiro y gauchos los más importantes) se llevaban ya disputando durante décadas cuando nació el esbozo de Campeonato Brasileño (Brasileirão). Desde su lanzamiento a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, cambió de reglamentación y normativas constantemente, casi de año en año, llegando a contar con casi 100 equipos, por ejemplo, o con campeonatos alternativos que le hacían competencia.
"Selección permamente, solución interesante"
En la categoría femenina, sin embargo, los obstáculos son mucho mayores. Cuando la selección brasileña guardaba ya varios títulos en sus vitrinas, el país aún no había logrado organizar un campeonato decente a nivel nacional. Solo en 2013 la CBF creó la versión femenina del Brasileirão. Una dejadez que es una vergüenza nacional, y que elevaba siempre a la enésima potencia los éxitos de la selección femenina. Obviamente, las mejores jugadores se iban al extranjero, y el fútbol local se arrastraba herido de gravedad, al mismo tiempo que la industria del fútbol masculino crecía exponencialmente y cotizaba en bolsa. Marta Vieira, mientras tanto, iba reuniendo año tras año balones de oro. Era su manera de protestar.
“La selección permanente es un gran paso en este momento para contar con un equipo más competitivo. A corto plazo es la solución más interesante. La Federación asume todo el compromiso con las jugadoras, que dejarán sus clubes para unirse a esta selección”, anunciaba el entrenador, Oswaldo Álvarez, Vadão.
El proyecto no es original. Algunas de las rivales de Brasil en el escenario mundial lo han utilizado en algún momento. La más importante de sus rivales, Estados Unidos, se baso en él para desarrollar el 'soccer' femenino en su país. Y, aunque esta vez han caído en cuartos de final ante Suecia, no les ha ido nada mal en las dos últimas décadas. En España el modelo existe en varios deportes, por ejemplo el voleibol, aunque sobre todo en categorías inferiores y sin la prohibición de formar parte de un club para jugar los principales campeonatos. Ninguno de los ejemplos tiene la repercusión sociodeportiva de la selección brasileña de fútbol.
A lo largo de la historia ha habido selecciones permanentes que han dejado huella, aunque fueran clandestinas, como la primera selección argelina, promovida por el Frente de Liberación Nacional que luchaba en aquel momento para la independencia. Rachid Mekhloufi, que por aquel entonces jugaba en el Saint-Étienne, fue la gran estrella de esa plantilla de fugados. Viajaron por todo el mundo durante cuatro años divulgando su mensaje y mostrando su fútbol en partidos amistosos. Hasta que la revolución llamó a su puerta, defendían la camiseta de la selección nacional francesa.
Los clubes, en contra
Los clubes brasileños de fútbol femenino opinan, en contraposición, que el proyecto de Selección Permanente agrava las complicadas situaciones diarias que deben superar temporada tras temporada, porque el público quiere ver en el campeonato brasileño a las mejores jugadoras. Y ellas estarán recluidas en la concentración del equipo nacional, solo jugando torneos internacionales.
En la rueda de prensa previa a ese torneo olímpico, el seleccionador brasileño mostraba la cruda realidad del fútbol local: “¿Si ganamos la medalla de oro, al día siguiente las escuelas brasileñas van a tener clases de fútbol femenino? No. ¿Los ayuntamientos van a crear escuelas de fútbol femenino? No. Ganar puede facilitar el trabajo de búsqueda de patrocinios y cosas así, pero la única forma de fortalecer nuestro fútbol femenino es incentivar la práctica de este deporte”.
La gran mayoría de las jugadoras que forman actualmente la selección brasileña en este torneo olímpico han formado parte del proyecto de Selección Permanente. Sin embargo, tras la salida de muchas de ellas aceptando importantes ofertas de clubes extranjeros, a día de hoy en el equipo que disputa la competición solo quedan cinco, formando una buena base: Formiga, Bárbara, Bruna, Thaisa y Aline.
Formiga, la más veterana y una de las líderes espirituales de la selección brasileña, antes de formar parte del grupo permanente jugó en su país en el São Paulo, Portuguesa, Santa Isabel Santos, Independiente, entre otros, y salió al exterior para defender los colores del Malmö, New Jersey Wildcats, Jersey Sky Blue, FC Gold Pride y Chicago Red Stars. Bárbara, la gran estrella de las semifinales ante Australia (la guardameta estuvo gigante en la tanda de penaltis), cuidó durante ocho años la portería del Sport Recife, de su ciudad natal. Bruna Benites, una de las capitanas, antes de la Selección Permanente pasó por el Mixto Esporte Clube, Esporte Clube Comercial, Foz Cataratas F.C. y São José.
Las tres, y el resto de sus compañeras en esta experiencia, pasaron a partir de enero de 2015 a recibir un salario de la Federación. Algo mayor y algo más fiable que el de sus clubes, sobre todo en el caso de los brasileños, dentro de la permanente crisis del deporte femenino.
Las semifinales del torneo femenino de fútbol en estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro enfrentarán el martes 16 de agosto a Brasil frente a Suecia (que ha eliminado a la gran favorita, Estados Unidos), a las 13h hora local en Maracanã; y a Alemania contra Canadá, a las 16h hora local en Mineirão. Entonces veremos si el proyecto de Selección Permanente en Brasil alcanza su máximo objetivo.