El futuro de los Juegos Olímpicos es la gran preocupación deportiva a nivel mundial por detrás de que, sanitariamente, el mundo supere la pandemia del coronavirus lo más rápido y con las menores consecuencias negativas posibles. Japón, por su cercanía con China, el foco del contagio, es un país lleno de dudas si lo miras desde occidente.
La visión desde el país oriental es bien distinta. El optimismo brilla desde el Comité Olímpico local hasta cualquier deportista con el que hablas. Aunque son conscientes del problema en el resto del mundo, la mayoría coincide en que la situación en el país ha mejorado tanto como para que, si no se produce ningún rebrote, no haya riesgo por lo que respecta al país nipón.
En Japón viven, uno desde el principio de la temporada y el otro desde hace prácticamente tres semanas, dos héroes de las ventanas que permitieron a la selección española de baloncesto hacerse con el Mundial el pasado verano precisamente en China. Sebas Saiz y Pablo Aguilar juegan en la máxima división japonesa y analizan la crisis del Covid-19 desde el país nipón.
La responsabilidad de Japón
Pablo prácticamente acaba de llegar a Kawasaki. El veterano alero firmó por los Kawasaki Brave Thunders una vez superó unos problemas físicos que le habían limitado en su última etapa en España. El granadino nos explica que dentro de la crisis, "todo el mundo sigue haciendo vida normal". "La única restricción ha sido la de la Liga. Se tomó porque el aumento de casos estaba siendo grande. Sin competir ha sido un poco más difícil la adaptación, pero todo era con el fin de volver a la normalidad", explica el ex de Iberostar Tenerife.
Sebas Saiz llegó antes. El joven pívot vive en Shibuya y defiende la camiseta de los Sun Rockers. En su primera temporada se ha hecho con el concurso de mates del All Star y está siendo muy importante en su equipo. En cuanto a la vida en tiempos de coronavirus, el jugador que pasó por la liga universitaria estadounidense explica que ellos no han llegado "a hacer una cuarentena como la de España", aunque destaca que "una semana que se agotó el papel higiénico por un bulo en la televisión".
"Pensé cuando llegué que la vida iba a estar más restringida, pero nada más allá del cierre de colegios y universidades y acotar el horario de los comercios", comentaba un Pablo Aguilar adaptado a pesar de todo lo que ha pasado en las últimas fechas. Sebas aclaraba los controles a los que les someten. "Llevamos un control muy estricto de temperaturas y de nuestro estado físico. Al mínimo signo de que haya algo extraño te dejan en casa encerrado".
"La diferencia cultural es abismal. Aquí son la sociedad de la limpieza, del respeto, del orden... sobre todo de acatar todo lo que dicen las autoridades. Desde que llegué aquí ves mascarillas por todos lados, los geles de alcohol están a la entrada y la salida de todos los locales, se lavan las manos por lo menos 10 veces al día", explicaba Aguilar dando las razones por las que cree que no se han tomado medidas más contundentes.
Hasta ahora, según confirmaba Pablo Aguilar, no ha habido positivos en la liga, pero sí que "dieron algunos síntomas algunos jugadores". Mientras Sebas Saiz nos explicaba lo mismo, también nos explicaba que en ese momento le estaban anunciando que se decretaba que la Liga se volvería a parar hasta el 4 de abril.
Certezas y dudas
Ambos dejan claro que hay preocupación con respecto a los Juegos Olímpicos. "Por lo que está en su mano, están tranquilos. Ellos saben cómo son como sociedad, saben el número de casos... la preocupación viene más por cómo se actúa en Europa y en otras partes del mundo. Si dependiera de ellos los Juegos se disputarían sin problema. El miedo a la cancelación está más en Europa que aquí", concreta Pablo Aguilar.
"Japón quiere que salgan adelante al cien por cien", asegura Sebas Saiz. El jugador de los Rockers explica que "el problema está en el resto de países, ellos quieren que esto vaya para adelante, pero de ahí a que pase, quedan varios meses". Habría el debate sobre la situación en la que estaría la selección estadounidense ya que "la NBA si vuelve, va a terminar en junio-julio". "Los JJOO serían a finales de julio. Sería complicado para que se pudiera llegar a buen nivel", explicaba.
Sobre sus sensaciones personales, el granadino espera que "los casos se reduzcan drásticamente y que los Juegos se puedan disputar", mientras que para Sebas, ir a los Juegos "es lo más grande". "Poder representar a tu país en la mayor plataforma de deporte mundial es un sueño. Ojalá me toque a mi la oportunidad. Si no es esta edición, espero que sea la siguiente, o la siguiente de la siguiente", comentaba el pívot de 25 años.
Una nueva experiencia
Los dos están ante su primer año en Japón. De hecho, Pablo a penas tuvo tiempo para debutar a su llegada. "Debuté este domingo. Llegué justo con el parón de las ventanas. Después me tocó pasar el parón por la crisis del coronavirus y jugué por primera vez este fin de semana", explicaba el jugador criado en la cantera del Real Madrid que no podrá jugar de nuevo hasta el 4 de abril.
"La sensación fue rara por el hecho de jugar en un pabellón vacío. Jugábamos en casa además, pero son cosas que no podemos controlar. Me ha sorprendido el nivel de la liga. Hay jugadores locales que están muy bien", especificaba el jugador de los Brave Thunders.
La decisión de Sebas fue más chocante. Su nivel le permitía estar en cualquier club del primer nivel de la Liga Endesa, pero decidió salir a Japón, una liga que recibe muchos jugadores que no tienen continuidad en la NBA. "Fue una decisión complicada, pero cuando lo hice lo tenía muy claro. No me arrepiento de nada. Lo que he hecho aquí en Japón me hubiera costado mucho más en España", sentencia el jugador de los Rockers.
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