La vela es el deporte en el que España ha logrado más medallas en los Juegos Olímpicos, con 20 en total. Santiago Amat, en Los Ángeles 1932, Antonio Gorostegui y Pedro Millet, en Montreal 1976, Alejandro Abascal y Miguel Noguer, en Moscú 1980, José Luis Doreste y Roberto Molina, en Los Ángeles 1984, el primero de los dos de forma individual, en Seúl 1988, José María van der Ploeg, Doreste otra vez con Domingo Manrique, Francisco Sánchez Luna y Jordi Calafat, Theresa Zabell y Patricia Guerra y Natalia Vía-Dufresne, en Barcelona 1992, Fernando León y José Luis Ballester y otra vez Zabell con Begoña Vía-Dufresne, en Atlanta 1996, Iker Martínez y Xabier Fernández, otra vez Natalia Vía-Dufresne con Sandra Azón y Rafael Trujillo, en Atenas 2004, Fernando Echávarri y Antón Paz y otra vez Martínez y Fernández, en Pekín 2008, Marina Alabau y Támara Echegoyen y Sofía Toro y Ángela Pumariega, en Londres 2012, y, ahora, Joan Cardona, en Tokio 2020, son los nombres detrás de cada presea en esta modalidad que tantas alegrías ha dado al país. La delegación de vela ya ha ampliado el palmarés que cuenta con hasta 12 oros con un bronce más.
Eso sí, en Río 2016 hubo parón por primera vez después de Sidney 2000, por lo que el país se ha repuesto volviendo a conseguir medalla en la modalidad que siempre da más opciones después de que Joan Cardona haya conseguido el bronce en clase Finn. Aún habrá otra opción este miércoles en el 470. Algunos ya estuvieron en Brasil, pero la mayoría de ellos llegaba en mejores condiciones. Aún así, los dos cuartos puestos en el 49er y 49er FX dejan un sabor agridulce.
En Tokio 2020, España contaba con las parejas que formaban Iago López-Marra y Diego Botín para el 49er, Tara Pacheco y Florian Trittel para el Nacra 17, Jordi Xammar y Nicolás Rodríguez para el 470 masculino, Silvia Mas y Patricia Cantero para el 470 femenino y Támara Echegoyen y Paula Barceló para el 49er FX. Son las embarcaciones de grupo las que más opciones de medalla tenían a priori, aunque en las que solo uno es responsable del movimiento de la embarcación finalmente se ha conseguido el primer metal.
Ángel Granda, en el RSX masculino, Blanca Manchón, en el RSX femenino, Cristina Pujol, en el Laser Radial, Joel Rodríguez, en el Laser, y Joan Cardona, en modalidad Finn eran los nombres propios en las pruebas individuales. Es decir, en las diez modalidades que son olímpicas, el país estaba representado. Algunos contaban por varias las medallas que cosechará el equipo, pero, como máximo, serán dos.
El 470
Fue en la categoría 470 donde España contaba con más opciones, tanto con Silvia Mas y Patricia Cantero como con Jordi Xammar y Nicolás Rodríguez. Seis de las 19 medallas de la historia del país han sido en esta categoría a bordo de estas embarcaciones con una eslora de 4,70 metros y una manga de 1,68 metros, la vela mayor y el foque de 12,7 metros cuadrados y el spinnaker 18 metros cuadrados.
La pareja femenina refrendaba su favoritismo a la medalla con su actual segundo puesto del ránking mundial, su gran palmarés y, sobre todo, su victoria en el último campeonato del mundo. En sus primeros Juegos Olímpicos, la pareja había practicado mucho en Enoshima, de hecho Mas ganó el Mundial Juvenil y la Copa del Mundo allí. En el último Europeo sufrieron una descalificación que truncó sus opciones de metal, pero llegaban con esa experiencia para superarse. Aún así, un error en la última jornada les dejó sin opciones.
No se quedaba atrás el tándem masculino que fue plata en el último europeo y son los número uno del ránking. El altruista Xammar, que fue noticia en el pasado mes de mayo por encontrar a un joven desaparecido en Granada, tras ser duodécimo en Río captó a Rodríguez y, desde entonces, han sido muy constantes en sus resultados. Después de cinco años de trabajo duro, han cumplido su sueño olímpico. En la medal race confirmaron la medalla de bronce.
El 49er
No se podía quitar el ojo a la categoría 49er donde las dos parejas españolas también contaban con grandes opciones. A bordo de estas embarcaciones con una eslora de 4,99 metros y una superficie de la vela mayor de 15 m2 y del foque de 6 m2, tenían que completar 12 carreras para ser el barco con menos puntuación acumulada.
Entre Tamara Echegoyen y Paula Barceló hay una medalla olímpica y un debut en los Juegos, pero llegaban como favoritas al oro después de ser campeonas del mundo en 2020. La primera es la voz de la experiencia en el barco y se quedó a nada de conseguir un segundo metal en Río (fue cuarta) para complementar el de Londres 2012. La segunda había aplazado el reto que también supone su carrera de Medicina para colgarse una presea en Tokio. Finalmente se han quedado a un punto después de una mala medal race.
Diego Botín e Iago López, durante una prueba
No se quedaban atrás la pareja de Diego Botín e Iago López, actuales subcampeones del mundo y terceros en Europa. La pareja que conforman el nieto del banquero Jaime Botín y el regatista del Real Club Náutico de Portosín ya estuvo en Río donde se tuvieron que conformar con una novena posición. Estos últimos cinco años han sido más constantes en sus resultados y han tenido muy mala suerte en su medal race: han empatado a 70 puntos con los alemanes y se han quedado sin bronce porque los germanos hicieron mejor medal race.
Los jóvenes
Para perdurar esta gran racha que acumula el país en la modalidad de vela, hay tres hombres que han llegado para vivir su primera experiencia con una mezcla de ilusión y ganas de dar la sorpresa. Ángel Granda (23 años), Joel Rodríguez (23 años) y Joan Cardona (23 años) han tenido grandes actuaciones en las categorías inferiores y llegaban a Tokio con ganas de dar guerra en las modalidades individuales. Finalmente, el último llegó con opciones de oro a la medal race en la última oportunidad para conseguir una medalla en esta modalidad, pero finalmente tuvo que conformarse con el bronce.
Joel Rodríguez, con su embarcación de Laser Standard, entrenando en Zushi, Japón
Estos se suman a la juventud también de Paula Barceló (25 años) y Silvia Mas (24 años) en las pruebas por equipos para confirmar que España tiene presente en la vela, pero también futuro.
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