El comienzo de los JJOO de Tokio fue intenso y repleto de contrastes para la delegación española. Hubo sonrisas y lágrimas. Alegrías y tristezas. Sorpresas agradables y chascos en toda regla, pero la plata, con sabor a oro, de Adriana Cerezo eclipsa todo lo 'malo' de la primera jornada.
La joven taekwondista enganchó a España con su eterna sonrisa y con su bravo carácter sobre el tatami. A sus 17 años hizo historia en unos JJOO a los que llegó casi por casualidad. Sin duda que el aplazamiento por la pandemia le vino bien, ella pensaba en París 2024 y se 'encontró' con la plata en Tokio tras vencer en el Europeo y en el Preolímpico hace tan solo unos meses.
Las rivales fueron cayendo una a una sin oposición. Las asiáticas ni la conocían, ya que jamás se habían enfrentado a ella. Una doble campeona olímpica como la china Wu fue avasallada por la fortaleza física y mental de una chica que tan solo hace unas semanas se presentaba a la prueba de acceso a la Universidad. La líder del ránking y gran favorita Wongpattanakit sudó, sufrió y solo consiguió 'robarle' el oro a cinco segundos del final.
Hicieron de Adriana Cerezo una precoz medallista olímpica. La niña prodigio se presentó en Tokio con 32 podios de 32 posibles en competiciones internacionales desde que era cadete. Y en los JJOO tampoco falló. Sin duda, la de Alcalá de Henares es una de las elegidas y pasa a ser de inmediato en una de las referentes del deporte femenino español.
Esta primera medalla da tranquilidad a la delegación española. La primera siempre cuesta y este sábado las miradas estaban puestas en el ciclismo, sin embargo, la selección de Pascual Momparler decepcionó. Alejandro Valverde no pudo completar su extenso palmarés con la presea olímpica. Se lo merecía por su trayectoria y su tesón, pero los años pasan incluso para el ciclista que parecía eterno.
"Una bala, un muerto", repetía como proclama en carrera siempre Javier Mínguez, anterior seleccionador español y al que todo el mundo parece añorar menos José Luis Cerrón. Si tienes una oportunidad, aprovéchala. Sin embargo, Valverde ya demostró que no era su día a 90 km de meta. Todo el mundo se preguntó entonces dónde estaba Pello Bilbao, un plan B que Momparler despreció y aún no sabemos bien por qué.
A pesar de la hecatombe, poco se puede reprochar a Valverde. Gratitud eterna para uno de los mejores ciclistas de la historia de España y que a sus 41 años sigue bregándose con otras generaciones que van a pierna suelta como demostraron Carapaz, Van Aert y Pogacar; un podio de Tour de Francia.
Tampoco cumplió el judo, ya que Julia Figueroa y Fran Garrigós se quedaron en octavos. Se esperaba un mejor resultado, sobre todo de la primera que soñaba con la medalla y duró apenas unos segundos a la israelí Rishony.
Por contra, los deportes de equipo demostraron por qué son candidatos a llenar el medallero español de preseas. El balonmano masculino ganó a una dura rival como Alemania en un partido épico y el waterpolo femenino pasó por encima de Sudáfrica. Por su parte, el empate del hockey hierba masculino contra Argentina, actual campeona olímpica, dejó un sabor de boca agridulce por las buenas sensaciones.
Los JJOO acaban de empezar, pero el medallero español en Tokio ya se sostiene sobre un Cerezo de plata que echa raíces a pesar de su juventud. Que las medallas sigan cayendo de maduras.