"Preparado y con ganas de demostrar los colores de España. A la vuelta nos vemos". David Valero sabía que podía hacer algo en la prueba de mountain bike. Lo que no entraba en las quinielas de la mayoría es que terminara tercero y dando a la expedición española la segunda medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio. El granadino consiguió el bronce y escribió su nombre en la historia del olimpismo español.
No fue nada sencillo pese a la calma que lucía el ciclista minutos antes de que comenzara la jornada. Valero no consiguió una buena salida y tuvo que conformarse con pelear en el segundo grupo a muchos segundos de la cabeza de carrera. La jornada parecía imposible para él. Sin embargo, sin hacer ruido, logró mantener la calma hasta remontar paulatinamente.
Mientras Van der Poel perdía su favoritismo con una dura caída, Pidcock lideraba y Fluckiger le seguía a la espera de dar la sorpresa. Y Valero, inteligente, se coló en la pelea. Recortó segundos y se posicionó en el sector que peleaba por el bronce y el diploma. Hacer historia o conformarse con esa segunda línea de éxitos. Y optó por lo primero apretando al máximo.
Valero se colocó tercero y aguantó la posición. Cerca estuvo de perder segundos y posiciones por un mal movimiento, pero estaba decidido a llevarse un bronce contra todo pronóstico. Cruzó líder Pidcock y pocos segundos después hizo lo propio Fluckiger. No tardó en llegar el español, que superado el tramo de montaña solo tenía que apretar a los pedales. Solo, glorioso, recorrió sin oposición los últimos metros de asfalto sin oposición alguna.
Lo había hecho. Y nada podía hacer que mantuviera la compostura. David Valero rompió a llorar nada más cruzar la línea de meta. Los golpes en el pecho de metros atrás se transformaron en un desgaste físico y emocional que le dejó tendido en el asfalto durante algunos minutos. Valero no aguantó las lágrimas y el resto de corredores aprovecharon para trasladarle su particular felicitación.
David Valero, a sus 33 años, consiguió llevarse su primera medalla olímpica, la segunda para España en Tokio 2020 y, además, dar la sorpresa del día en un tercer puesto que no entraba en los planes. Tras el metal conseguido por Carlos Coloma en 2016, donde él fue noveno, España continúa dominando la tercera plaza cinco años después.
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