Julius Ssekitoleko se convirtió en el hombre más buscado de los Juegos Olímpicos días antes de su inicio. Este joven ugandés de 20 años, participante en halterofilia y componente de la delegación de su país en Japón, desapareció sin previo aviso cuando tenía que acudir a realizarse las pruebas Covid. Su objetivo era iniciar una nueva vida en Japón por las condiciones que vivía en Uganda. Sin embargo, tras ser encontrado, tuvo que regresar a su tierra natal. Ahora denuncia una detención ilegal.
Los hechos se produjeron a mediados de julio, cuando Uganda ya había viajado a la que iba a ser su residencia en Japón durante los Juegos de Tokio. La delegación se estableció en Izumisano, donde el equipo ugandés llegó en junio para iniciar su preparación de la mejor manera posible. Pasadas las semanas, y justo cuando todos los participantes tenían que pasar las pruebas de la Covid-19, Ssekitoleko no se presentó.
Las alarmas no tardaron en saltar y la noticia estalló en la Villa Olímpica. Pocas veces desaparece sin previo aviso un deportista que va a competir en los Juegos, pero el hecho de que en el conjunto de Uganda hubiera un pequeño brote de la Covid-19 no pasó desapercibido. Ssekitoleko lo hizo, aunque dejando una nota que poco después se descubriría. Ahí dejó claras sus intenciones: iniciar una nueva vida en Japón y huir de las penurias de Uganda. Ssekitoleko, según detalló en ese breve mensaje, quería trabajar en tierras niponas.
Su objetivo fue inalcanzable y la policía nipona le detuvo lejos de la ciudad donde se había asentado su delegación. Desde la organización de los Juegos se evitó concretar la medida que se fuera a tomar, asegurando que el tema era algo confuso como para tener una posición inamovible. Finalmente, el halterófilo tuvo que regresar a Uganda, donde ha comenzado un nuevo problema para el deportista.
Retenido sin razón
Según ha informado la NBC por fuentes de la representación legal de Ssekitoleko, actualmente se encuentra detenido por la policía de su país. Su entorno denuncia esa retención y la califican de ilegal, pues no hay cargos presentados contra su persona por ningún posible delito. "Se trata de una detención irrazonable. Está detenido ilegalmente", ha asegurado Anthony Wameli, de la agencia legal de Wameli & Co.
Además, Wameli ha denunciado que este tipo de hechos suelen producirse un Uganda, donde "las autoridades pueden hacer cualquier cosa" y las detenciones sin razón alguna se suelen repetir en numerosas ocasiones. A la vista de los hechos, en redes sociales ya se ha iniciado una campaña para pedir su liberación en la que se han puesto sobre la mesa muchas reclamaciones para mejorar la situación económica en Uganda.
Ssekitoleko, en apenas un mes, ha pasado de poder competir en los Juegos Olímpicos de Tokio a estar retenido por la policía de Uganda. Su mujer, embarazada, es la principal afectada a la espera de que su pareja quede puesto en libertad.
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