Hugo González (Palma, 1999) llegaba a los Juegos Olímpicos como una de las grandes esperanzas de España para conseguir alguna medalla. Sin embargo, el joven balear se marchará de Tokio sin saber si podrá seguir engordando su carrera en la piscina tras no meterse en la final de 200 estilo. La dificultad para acceder a beca y su propia formación académica le han empujado a reflexionar sobre qué camino tomar.
El nadador daba la noticia poco después de no cosechar el resultado esperado. Hugo González, en declaraciones a los medios, mostraba su enfado por su no clasificación y dejaba en el aire intentarlo de nuevo en París 2024. Esa coletilla habitual de gran parte de los olímpicos que no terminan de triunfar. Pensar en el futuro y fijarse la meta de la revancha es costumbre, pero no obligación y ahí está el caso de Hugo.
"Espero que no sea mi última carrera en unos Juegos... Habrá que ver qué apoyos hay porque siendo finalista tienes beca ADO, pero si no entras no". Tajante y claro en los micrófonos de la Cadena Cope que sirven de advertencia. Si Hugo González, campeón de Europa y plata hace unos meses, se replantea su futuro en la natación con tan solo 22 años, qué no harán otros talentos aún por desarrollar.
El caso de Hugo González no es único y sí debería ser ejemplar. Pese a su corta edad, el nadador entrena en la Universidad de Berkeley desde 2017. Allí, entre la piscina y las aulas, el balear ha conseguido aprender de los mejores bajo el agua sin descuidar su carrera académica, donde invierte el tiempo que le queda para obtener la carrera de ingeniería. Además, próximamente pasará a formar parte de la UCAM, donde quiere seguir instruyéndose en términos académicos.
Por todo ello, los esfuerzos por seguir en la piscina valen oro. Literalmente. Y no entrar en una final, si supone quedarse sin una beca que sustente el impulso en la piscina, puede acabar con su carrera. Hugo ya ha dejado claro que tendrá que pensarlo. Antes de los Juegos Olímpicos, cuando aún se le colocaba con opciones de dar batalla, también dejó en el aire una posible retirada temprana. El debate sobre si ser olímpico es rentable si no se consiguen unos resultados mínimos está abierto.
El 'caso Muñoz'
El caso de Hugo González no es el único que se hace público ni notorio. El más comentado se produjo hace cuatro años, cuando un gran talento como Rafa Muñoz desveló la cantidad de dinero que recibió por establecer el récord. El nadador se retiró en 2016 ostentando el récord mundial de 50 metros mariposa. Los titulares sobre 'el Phelps español' no tardaron, aunque él mismo competía contra el estadounidense bajo el agua. Sin embargo, como él mismo reveló en una entrevista, perdió su ilusión con nadar.
En el momento de sus palabras Muñoz tenía 28 años. Le pagaron 6.000 euros por ese récord mundial del 2009, una cifra ínfima para su importancia. "Al principio sentía miedo. Luego, vergüenza. Ahora me siento orgulloso por haberlo superado. Síndrome del burn out. Quemado. Así lo diagnosticaron. José Carlos Jaenes, el médico que llevaba mi caso en el Centro Andaluz del Deporte (CAD) en Sevilla, me dijo que el mío era el proyecto más difícil de su carrera profesional", confesó en una entrevista para La Vanguardia hace ya cinco años.
Rafa Muñoz decidió poner punto y final a su carrera con 27 años. Su récord quedó ahí. Cobró apenas 6.000 euros. Y entre presión y falta de fondos se alejó de una piscina que él mismo llegó a repudiar. "Te olvidas de vivir", confesó en la Cadena Cope estos días.
Los pagos olímpicos
Hugo González es representante también de ese sector crítico sobre cómo se gestionan las ayudas. Y no es el único, aunque su calidad y éxito en la piscina ayuda a dar más voz a la reclamación en cuestión. Su posible retirada estará en si recibe o no beca ADO. Estas cantidades, que ayudan a vivir a los deportistas de élite mientras se preparan para diferentes campeonatos, se suman a las que se pagan según los resultados en los JJOO.
Por ejemplo, los valores de cada medalla que se repartirán este curso se mantienen respecto a Rio. España dará 94.000 euros a quien se lleve el oro, algo que hasta el momento no ha ocurrido en Tokio. La cantidad desciende a casi la mitad, 48.000 euros, para aquellos que se lleven una plata. El valor del bronce cae hasta los 30.000 y, en aquellos casos en los que se consiga en competición de parejas, las cantidades irán de 75.000 a los 37.000 de la plata y los 25.000 del bronce. En deportes de equipo varían entre 50.000 y 18.000.
Otros países superan con creces esas cifras. Singapur, sin ir más lejos, paga más de 700.000 dólares por un oro, mientras que Indonesia, Kazajistán y Azerbaiyán se van por encima de los 200.000 euros, según Fox Sports. Italia sería el país más cercano geográficamente a España que más paga, pues la medalla de oro se valora en 185.000 dólares.
Renovación de ADO
Recientemente, COE y CSD anunciaron un acuerdo para destinar casi 10 millones de euros en este tipo de ayudas a deportistas. Según informaron, dicha cantidad iría destinada a los algo más de 380 deportistas que han viajado a Tokio para pelear por las medallas. Casi el 70% de estas becas fueron para deportistas individuales. Y, entre las federaciones más beneficiadas por sus deportistas, estaba la de natación a la cabeza con 63 representantes.
¿De qué dependen estas becas? De los logros conseguidos. Ganar una medalla en torneos internacionales, un diploma o los resultados en general. Ir a los Juegos Olímpicos, además, también supone recibirla. De ahí que más de un deportista se juegue su futuro en el deporte siempre que se abre la clasificación para ir a los JJOO.
Hugo González, elegido como máxima revelación de la natación española, puede abandonar el deporte de élite si se queda sin beca. La duda sobre si es rentable ser olímpico está ahí. Y el debate, en tiempos de crisis, apunta a acrecentarse. Muñoz cobró 6.000 euros por un récord mundial, Hugo González puede quedarse sin beca por unos segundos. Pero otras deportistas como Lidón Muñoz también han puesto en entredicho el formato.
La valenciana aseguró en Las Provincias que los récords nacionales se pagaban a 600 euros. Sin embargo, solo duró un año y de sus 18 récords solo pudo cobrar 10. Además, puso en entredicho la forma de las becas ADO, pues "la primera vez y la única" que cobró la beca fue "quizá uno de los peores resultados internacionales" cosechados. "Años con mejores resultados, cero de becas ADO", indicó en el diario. Mientras, en disciplinas como el atletismo los pagos por récords mundiales se han ido de los 50.000 a los 100.000 dólares en apenas unos años. ¿Cuánto aguantarán?