Sigue la mala suerte con el boxeo español. Enmanuel Reyes no ha podido finiquitar su combate contra el cubano Julio César La Cruz y ha caído en los cuartos de final del torneo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En lo que ha sido una decisión dividida, los jueces han terminado dando el triunfo a los puntos al rival de su país de origen. El triunfo le habría asegurado la medalla de bronce, pero el resultado de las puntuaciones no fue lo que se vio sobre el ring.
Enfrentarse a todo un cuatro veces campeón mundial y al último oro en los Juegos Olímpicos tiene mucho peligro cuando dejas la decisión en los jueces y no lo tumbas. Hasta en dos ocasiones tocó el suelo el cubano en las dos primeras rondas. No cabe duda de que el combate de Enmanuel tiene mucho mérito, pero sin tumbarlo iba a tener muchas dificultades para ganar. Los jueces en esos dos primeros parciales no dieron victoria clara a Reyes, como lo merecía por los golpes que había conectado.
"Esto se lo han llevado al plano político", decía Reyes tras el combate. Ambos se vieron las caras en 2014 en -81kg en la final de los Campeonatos de Cuba. Allí ganó Julio César y las puertas de su cuba natal se cerraban para Enmanuel. Es lo que le hizo viajar a Galicia, donde se encontraba su familia, para emprender un nuevo camino en España. Desde allí comenzó la carrera para volver a verse las caras, aunque el desenlace ha vuelto a ser el de la derrota para el español.
El transfondo del combate también se podía ver en el ring este viernes. Ambos se sacaban la lengua, se hablaban cuando se acercaban. Había un pique detrás de todo esto. "Yo solo sé que gané y él lo sabe también", explicaba el español. La gran culpa la ha tenido el juez de Marruecos. Le dio los tres asaltos al cubano, bien conocido en el panorama internacional y con un crédito detrás de él que, ante la duda, se iban a decantar por el actual campeón.
"Dios sabe que gané limpio", remarcaba un Enmanuel Reyes que se sentía robado tras el final del combate. Ha rozado el bronce, se ha metido en el corazón de todos los españoles y ha dejado una importante huella para volver a buscar la medalla olímpica en París 2024. El público que estaba en el pabellón donde se estaban llevando a cabo los combates no se lo creía. El gallego tiene motivos para irse orgulloso de esta cita a pesar de caer en cuartos. A sus 26 años tiene mucho boxeo en sus guantes todavía, por lo que el público nacional estará muy pendiente a lo que pueda hacer a partir de ahora en los próximos torneos.
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