El oro olímpico del all-around (final individual de la gimnasia artística femenina) fue para la estadounidense Sunisa Lee gracias a los 57.333 puntos que consiguió después de pasar por los cuatro aparatos. La final quedó abierta después de la renuncia de la que era la gran favorita, la también estadounidense Simone Biles.
Biles abandonó la competición en la final por equipos después de realizar su primera oportunidad en el salto. Un ataque de ansiedad provocó este inesperado desenlace y desde entonces las muestras de apoyo y cariño hacia la gimnasta no han parado de sucederse. Todo ello a la espera de saber si estará en las cuatro finales por aparatos, a las cuales se clasificó en la primera jornada.
"Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos", esgrimió Biles.
Sin ella, las quinielas por quién se llevaría el metal dorado se dividieron y, finalmente, fue otra estadounidense la que consiguió subirse a lo más alto del podio. Y después de proclamarse campeona olímpica, uno de sus primeros recuerdos fue para la propia Simone Biles: "Ella es mi heroína".
Sunisa Lee mete así su nombre en la historia del olimpismo y también en el del deporte de Estados Unidos, ya que es la quinta gimnasta artística del gigante de Norteamérica que gana el all-around en unos JJOO después de que antes lo lograsen Carly Patterson (Atenas 2004), Nastia Lukin (Pekín 2008), Gabby Douglas (Londres 2012) y Simone Biles (Rio 2016).
Para conseguir el oro, hubo que sufrir. Un error de Rebeca Andrade en el último aparato dejó el campeonato en las manos de 'Suni'. La brasileña, apodada 'Rebeyonce', acabó llevándose la plata gracias a sus 57.298 puntos, mientras que el bronce fue para la rusa Anguelina Mélnikova y sus 57.199 puntos. También hubo representación española. Roxana Popa acabó en 22ª posición después de sumar 51.533 puntos.
Sunisa Lee comenzó quedándose atrás en la general después de conseguir 14.600 de puntuación en el salto. Fue muy bueno, pero la brasileña Andrade clavó un increíble Cheng que le llevó hasta los 15.300 puntos. Después tocaron las asimétricas y se llevó ella 15.300 puntos por los 14.666. Este aparato es el mejor ejercicio de la estadounidense y eso se notó en el Ariake Centre.
En la barra fija, ninguna estuvo final, pero Lee sacó ventaja sobre Andrade con los 13.833 puntos por los 13.666 de la brasileña. Y de ahí al tapiz. En el ejercicio de suelo se decidió la final individual. 'Suni' salió primero y firmó una actuación correcta con un ejercicio de 5.6 de dificultad, 8.1 de ejecución para 13.700 puntos. La brasileña pareció tener el triunfo en la mano, pero se salió de las marcas del tapiz y el 0.400 de penalización le costó el oro que fue a parar a las manos de Sunisa Lee.
Los orígenes
Sunisa Lee ha alcanzado la gloria apenas cumplida la mayoría de edad. Hace 18 años vino al mundo en Saint Paul (Minnesota) y además de añadir un oro al casillero de Estados Unidos, la gimnasta se ha convertido en la primera deportista de la etnia hmong que gana un oro en unos Juegos Olímpicos. Formar parte de esta etnia ha marcado su vida y la pregunta que se pueden hacer muchos es: ¿quiénes son los hmong?
¿Se acuerdan de la película Gran Torino de Clint Eastwood? Pues en ella se habla sobre los hmong y así lo recordó el padre de la gimnasta. John Lee se casó con la madre biológica de 'Suni', Yeev Thoj, cuando la atleta tenía 2 años. Ambos forman parte de este pueblo nómada del sur de Asia y también los dos llegaron a EEUU procedentes de Laos.
"Mucha gente no entiende a los hmong ni que hemos tenido una vida muy dura para llegar a los Estados Unidos", explicaba John Lee en declaraciones para ESPN. "Se mete en la misma bolsa a muchos grupos de asiáticos. ¿Has visto la película con Clint Eastwood, Gran Torino? Estaba basada en el pueblo hmong, y aún así nadie lo sabe. Quizá gracias a Sunisa, la gente nos conozca", afirmaba orgulloso.
Sunisa decidió ponerse el apellido de su padrastro y fue precisamente él quien le introdujo en el mundo de la gimnasia. Ha estado a su lado siempre. En cada una de sus competiciones, apoyándola y animándola. Su fan número 1. Eso hasta que hace dos años, por culpa de un accidente en unas escaleras se quedó paralítico. Pero eso no ha roto un ritual antes de salir a competir.
Antes de salir al tapiz, John y Sunisa mantienen una conversación por FaceTime. Ahí el padre o padrastro, como prefieran llamarle, da ese aliento decisivo a su pequeña: "No haces esto por tus amigos, no haces esto por la comunidad hmong. Lo haces por ti. Ese debe ser tu único objetivo".
Un padre orgulloso antes del oro y, por supuesto, después, tal y como se comprueba en unas declaraciones que recoge The New York Times. "La gente dice que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades, y yo soy una prueba viviente de eso. Para mi hija, una niña hmong, estar en el escenario mundial, ganando una medalla de oro, es la mejor sensación que he tenido", dijo en una entrevista telefónica.
La "mejor sensación" para John Lee y algo totalmente inesperado para 'Suni'. "Ni siquiera pensé que podría estar compitiendo por una medalla de oro; Estaba convencido de que competiría por una medalla de plata", aseguraba la nueva reina de la gimnasia artística. "Estar aquí es una locura para mí", agregaba la campeona estadounidense.
El triunfo de Sunisa Lee ha sido una victoria para toda la comunidad hmong y eso que al principio no estuvieron de acuerdo en que practicase la gimnasia artística, ya que en su cultura la práctica deportiva es catalogada como frívola. Por no hablar, además, de que para los hmong la tradición dicta que las mujeres deben estar en casa y, sobre todo, aprender a cocinar.
Ante esto se reveló John Lee. Construyó en su patio su propia barra de equilibrio, hecha de madera, y ahí comenzó a practicar la que hoy es campeona olímpica. Su comunidad ha pasado de reprochar que practicase la gimnasia a ver en ella el orgullo de los hmong. "Estamos tan, tan, tan orgullosos de ella", dicen exultantes. El destino quiso que John Lee luchase por un futuro para su hija dentro de la gimnasia, ahora ambos pueden presumir orgullosos de que 'Suni' ha hecho historia en muchos sentidos.
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