La lanzadora de peso Raven Saunders se convirtió en la gran protagonista de la jornada en el Estadio Olímpico. La estadounidense se llevó la plata tras quedar por detrás de la china, pero generó la expectación suficiente para una prueba que suele pasar algo desapercibida. Su aspecto, con el pelo teñido de verde y morado, y portando una mascarilla de Hulk -por su apodo-, hicieron que Saunders llamara la atención de la cámara.
Pero, además de por su aspecto, esta atleta norteamericana tiene una gran historia. Es una activista LGTB que lleva luchando años por la libertad sexual en Estados Unidos. Durante su época más complicada llegó a barajar el suicidio, pero ahora emplea el foco de los JJOO para dar una lección de vida.