España apunta a superar la barrera del fracaso, que estaría en 15 medallas, en los Juegos de Tokio, pero hubiera sido más fácil si la mala suerte no se hubiera cebado con algunos de nuestros deportistas. No ha sido sencillo preparar una cita olímpica en mitad de una pandemia, repercutiendo tanto en la salud (física y mental) como en las decisiones de los atletas. Son unos JJOO atípicos, no cabe duda.

Si a comienzos de 2020 se le pregunta a cualquiera -sin estar siquiera muy puesto en el tema de los Juegos Olímpicos- sobre las opciones de España en Tokio, hubieran caído nombres como Rafa Nadal o Carolina Marín. Era imposible prever lo que se desencadenaría poco después. A buen seguro que habrá más delegaciones 'tocadas' este verano, pero barriendo para casa es justo decir que la nuestra ha sufrido bajas claves.

Antes y durante los propios Juegos Olímpicos. Las semanas previas a la cita ya fueron de palo tras palo. Primero fue la renuncia de Rafa Nadal, abanderado en Río 2016 y uno de los favoritos a un oro que, al final, no se acabó llevando Novak Djokovic. El de Manacor decidió no ir (tampoco a Wimbledon) ya que a sus 36 años ha de medir cada esfuerzo y prefería llegar a tope a la parte final de la temporada con el US Open como colofón.

Además de su renuncia llegaron otras como la de Roberto Bautista, segundo mejor español en el ranking ATP, o la de la gran promesa Carlos Alcaraz. Suerte que Pablo Carreño dio la cara y consiguió un bronce para España con el que de antemano no se contaba por la 'sangría' de bajas en el equipo nacional.

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Otro jarro de agua fría, más trágico si cabe, fue la lesión de Carolina Marín. Fue a final del mes de mayo, cuando terminaba de preparar los JJOO, cuando una grave lesión de rodilla le obligó a pasar por quirófano. Se despedía de cualquier opción de estar en Tokio y España de sumar medalla en badminton sin su favorita, como se ha acabado confirmando.

Orlando Ortega, el último KO

Las lesiones se han cebado con España, algunas ya con los Juegos en marcha. La última ha sido la de Orlando Ortega, plata en Río 2016 en los 110 metros valla y otro claro candidato a sumar otro metal en Tokio. Se acababa de recuperar de unos problemas físicos, estaba listo para competir, pero en un entrenamiento en Tokio se lesionó y se esfumó su posible medalla. No competirá.

No es la única lesión que ha sufrido el equipo de atletismo en Japón. Antes de Orlando fue la de Fernando Carro, que se rompió el isquio y tuvo que abandonar a mitad la prueba de los 3.000 obstáculos. No llegó, incluso, a subirse al avión rumbo a Tokio la atleta Irene Sánchez-Escribano, que justamente debía correr los 3.000 obstáculos en la categoría femenina, pero sufrió una fractura en el pie izquierdo a solo unos días de la cita. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de la baja de Bruno Hortelano.

El doloroso 'caso Rahm'

Se nos escapó otra medalla ya con los Juegos en marcha en golf. Una de las más claras, seguramente. La de Jon Rahm. El de Barrika, uno de los más serios de su circuito, debutaba en unos JJOO, pero su sueño se lo 'robaron' a días de competir. En su caso no fue una lesión, sino Covid. Y de aquella manera. 

Todavía no encuentra explicación para haber dado positivo en dos tests, cuando ya estaba vacunado y con poco más de mes y medio de margen. El golf, sin él y sin Sergio García, que se 'bajó' de los Juegos para centrarse en el circuito profesional, no dio opción a España de medalla en Tokio.

Paula Badosa, retirándose en silla de ruedas por un golpe de calor Reuters

Hasta el clima del país del sol naciente se ha cebado con la delegación española. La tenista Paula Badosa, una de las grandes revelaciones, estaba en cuartos de final del cuadro individual y debía disputar el de dobles mixtos junto a Carreño. Al final, ni una cosa ni la otra, y por culpa de un golpe de calor provocado por la situación extrema a la que se llevó a los tenistas cuando se debían poner los partidos a otras horas. Las chicas del tenis se merecían una medalla, pero no pudo ser.

Lesiones en los equipos

Por último, están los casos de los equipos. Los más sonados afectan a tres favoritos para las medallas: los de fútbol, baloncesto y balonmano. Yendo por orden, en fútbol se 'perdió' a Dani Ceballos y Óscar Mingueza en el primer partido por sendas lesiones. En baloncesto, fue el caso de Juancho Hernangómez, que se lesionó en la preparación y cuando parecía que llegaba a tiempo, su equipo (los Timberwolves de la NBA) le prohibieron jugar. Y en balonmano, aluvión de bajas: primero la de gravedad de Dani Dujshebaev, hace meses, luego la de Joan Cañellas a solo unos días de viajar a Tokio y, por último, la de Virán Morros ya en plena competición. Avalancha de lesiones.

Difícil hacer las cuentas de las medallas que se han quedado en el camino para España. Al menos, cinco contando las más seguras y las que más avanzadas estaban ya, como la de Badosa. Es la mala suerte de una delegación que lucha por acercarse lo máximo posible a la veintena de medallas pese a todo.