Una derrota siempre es difícil de asimilar y más cuando se produce en unos Juegos Olímpicos y ante un rival tan imponente como es Canadá, pero cuando se deja todo sobre la arena, no hay lugar para reproches. Esa es el resumen con el que se tienen que quedar Liliana Fernández y Elsa Baquerizo de su paso por estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. [Así hemos vivido la jornada del 2 de agosto en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020].
La pareja española de vóley playa femenino quedó eliminada en los octavos de final ante la dupla canadiense formada por Parvan y Melissa, las cuales no les dieron opción alguna al equipo nacional. El partido no tuvo demasiada historia y quedó resulto por la vía rápida en dos sets gandos por idéntico resultado, 21-13.
El poderío de las canadienses en cualquier lugar del campo se hizo notar cuando el tanteador se apretaba y cuando los sets llegaban a su momento decisivo. Imponentes en la red, ágiles y hábiles por toda la arena y salvando alguna bola que parecía imposible, consiguieron llevar por un camino muy aceptable un choque en el que casi no sufrieron.
Lo cierto es que no aflojaron en ningún momento y se mantuvieron siempre un punto por encima de Lili y de Elsa, que lo dieron todo hasta quedar rotas sobre la arena, pero sabiendo que no se habían dejado absolutamente nada. Unas veces se gana y otras se aprende, pero hay otras en las que también se disfruta de la experiencia y los Juegos Olímpicos están para eso.
Una derrota clave
Esta derrota frente a Canadá que ha supuesto decir adiós a la cita olímpica en el vóley femenino no ha sido una más, sino que ha sido un punto de inflexión muy importante para la pareja española, que tendrá importantes cambios. Tal y como ha reconocido Elsa Baquerizo tras la derrota, tiene decidido apartarse de la competición para centrarse en otros objetivos de vida.
"Habrá un parón seguro, yo quiero formar una familia y tengo otros objetivos. Esa es mi idea", aseguraba Elsa al diario MARCA. "A nivel familiar obviamente esto es duro porque la mitad de la pareja está fuera. El papá se tiene que organizar el solo, pero supongo que cualquier otro papá u otra mamá también tendrán que hacer malabares como hacemos nosotros en esta situación. En el caso del deporte que quizá se sufra un poco más en las horas de descanso o en el esfuerzo que tienes que hacer por la noche. O entrenar de día seguido mientras están en el cole. Acabas encontrando tu rutina y te adaptas".
Respecto al partido, la pareja española sabía que era una misión muy complicada: "Eran una de las favoritas a ganar los Juegos. Era un cruce complicado. Obviamente nos hubiera gustado plantarles cara. Tienen un bloqueo espectacular y tienen muchas papeletas para llevarse el oro. El viaje de vuelta a España todavía no está cerrado. Espero que nos podamos ir para casa porque tampoco queremos estar mucho tiempo más aquí".
Estos puede que hayan sido sus últimos Juegos como pareja, pero se marchan con una sonrisa y valorando el trabajo de toda la delegación nacional: "Este año quizá no estamos consiguiendo las que pensábamos que íbamos a conseguir. Pero creo que hay valorar lo que tenemos porque tenemos campeones del mundo en todos lados. Contamos con un equipazo español y creo que hay que seguir apoyando porque estamos haciendo un gran papel".
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