La profesión de portero en España, sea el deporte que sea, suele ser bastante mitificada a la par que criticada. Tan pronto alguien es 'El Santo', como le mandan a su pueblo. En el caso de Daniel López Pinedo (Barcelona, 1980) es muy difícil decir algo malo sobre él. Es, sin lugar a dudas, el angel de la guarda de la selección española de waterpolo. 'El Muro', tal y como le apodan sus compañeros y también la prensa, no se quiere retirar sin su medalla olímpica colgada al cuello.
No ha hablado sobre esa posibilidad, dejando entrever que, si se encuentra igual de motivado que en este momento, seguirá hasta París 2024. Su competición en los actuales Juegos está siendo para enmarcar y ha guiado, siendo principal protagonista a sus 41 años, a la selección hasta las semifinales. En los cuartos ha tenido un papel fundamental ante Estados Unidos en un partido que estaba siendo muy igualado, pero es que durante la fase de grupos España se ganó el papel de gran equipo defensivo gracias a sus paradas.
El equipo de David Martín, que lleva seis triunfos en seis partidos, ha metido al waterpolo masculino español en unas semifinales 21 años después. Tener a uno de los mejores porteros del mundo ayuda y mucho. Este grupo viene de tres platas seguidas en grandes competiciones internacionales y quiere, por fin, conseguir esa medalla que se viene resistiendo desde Atlanta '96. Hace 25 años, Pinedo estaba viendo cómo los Manel Estiarte, Iván Moro, Miki Oca o Jesús Rollán se colgaban el oro de sus cuellos. Un sueño a reeditar.
La chispa que le hace mantenerse encendido es la pasión por el waterpolo y la motivación de seguir ganando títulos, con el oro olímpico en Tokio en el punto de mira. Ahora mismo está a dos partidos de conseguirlo. Dani López Pinedo acudió a los Juegos de 2012 pensando que eran los primeros y los últimos. Allí fue sexto clasificado. También acudiría a Río, donde caerían un puesto hasta el séptimo. Ahora llega a Tokio en un momento de forma fuera de lo esperado, sobre todo, tras la pandemia de la Covid-19.
Paralizados
Su veteranía se hizo notar durante la época más dura de la Covid-19. El waterpolo español entró en una crisis que llegó hasta el punto de hacer peligrar la viabilidad de la competición. Les pidieron a los clubes nacionales que adaptasen sus instalaciones a la normativa, gastándose miles de euros para poder agilizar el proceso de volver a la competición. Pero, por ejemplo, las restricciones del Procicat en el mes de noviembre de 2020 impedían la apertura de los centros deportivos como el del Atlétic-Barceloneta, donde juega López Pinedo.
Mientras tanto, los jugadores estaban en ERTE. Si el modelo del waterpolo español ya estaba en crisis, el coronavirus solo hizo que darle una estacada que parecía definitiva. Aún así, López Pinedo renovó por dos temporadas más después de que su club hiciera un esfuerzo tremendo para paliar los problemas que existían. El portero tuvo un papel relevante en la búsqueda de soluciones para que la Liga Nacional pudiera salir adelante. La RFEN adaptó la competición española cambiando su formato para que se completase, un factor clave para que estos profesionales que juegan en el país pudieran llegar en esta forma tan ideal a la cita olímpica.
[Más información: Elena Ruiz, la ilusión del waterpolo español: la niña prodigio de 16 años que quiere la medalla en Tokio]