Nueva demostración de categoría y de calidad de la selección española de waterpolo femenino. España estará en la final de los JJOO de Tokio 2020 después de vencer a Hungría por 8-6. Por cuarta vez consecutiva, la selección de Miki Oca ha ganado al equipo magiar en una fase final. En 2018 comenzó la serie en el partido por el bronce del Europeo, en semifinales del Mundial de 2019 repitieron hazaña y en el campeonato de Europa de 2020 volvió a suceder.
Estados Unidos, las grandes favoritas, serán el rival a batir por un oro que sería histórico. La final se disputará el próximo sábado a las 09:30 horas. A esta cita llega la Selección en una auténtica nube. Con una Elena Ruiz que, a sus 16 años, ya está brillando en unos Juegos Olímpicos, y el 'Pajarito' de toda España, Laura Ester, que ha sido la principal responsable de que el combinado de las 'Guerreras del Agua' se hayan impuesto al equipo magiar.
Nueve años después, el equipo español tendrá una oportunidad de revalidar la plata de Londres 2012. Más bien de tratar de lograr la revancha de lo sucedido en esa final. Aunque se ganó el Mundial al año siguiente, el oro se ha resistido. Llegar a esta final ya supone un gran éxito para el waterpolo nacional y es la confirmación de que el proyecto va por buen camino. No fue sencillo, sobre todo por lo sucedido tras el descanso, pero España consiguió el pase para buscar el oro de Tokio.
En la primera mitad el partido parecía encarrilado, pero España tuvo que ponerse el mono de trabajo en la defensa para conseguir hacer buena la ventaja. Con sufrimiento, con muchas inferioridades por la expulsiones del equipo español, pero sin permitir nunca que las húngaras se pusieran por delante. Sin permitir que su juego rápido, un poco alocado y buscando siempre el contraataque les contagiara, este fue el secreto de Miki Oca en esta semifinal.
Laura Ester, en los Juegos Olímpicos
España no estuvo muy fina a la hora de atacar las superioridades en ataque, varias de ellas incluso dobles, casi la mitad de las que dispusieron las húngaras, cuyo balance fue aún peor. Los lanzamientos de distancia, ante la imposibilidad de encontrar otras soluciones, fueron el recurso que disparó a España hacia el 3-0 y el 4-1 tras dos goles de una inspirada Anni Espar. una diferencia que Hungría solo redujo en los minutos finales para el 8-6 final.
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