Estados Unidos no enviará a ningún representante político a los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 que se celebrarán en Pekín. La administración encabezada por Joe Biden ha confirmado su boicot al evento en defensa de los derechos humanos que se están atacando en el territorio chino. El movimiento es importante y acompaña a los realizados por otras organizaciones como la WTA, que hace unos días suspendió todo torneo en China por el 'caso Peng Shuai'. Los responsables del gigante asiático, pese a todo, amenazan a EEUU porque "pagará un precio" por su veto a los Juegos.
"El genocidio y los crímenes contra la humanidad que persisten en Xinjiang, así como otros abusos de derechos humanos", son las razones que ha dado la Casa Blanca para anunciar oficialmente el boicot al evento deportivo del próximo mes de febrero. Estados Unidos sí que dejará que sus deportistas compitan en la cita como forma de respeto al trabajo realizado en los últimos años, pero su oposición al torneo en territorio chino ya es un gesto lo suficientemente importante.
De hecho, las reacciones en el resto de administraciones no se han hecho esperar. Nueva Zelanda, pocas horas después de la confirmación de Estados Unidos, anunció que tampoco iba a enviar a ningún representante político a la cita olímpica. Una decisión que hasta el momento no ha valorado el Comité Olímpico Internacional, pero que puede suponer un antes y un después en las relaciones deportivas con las autoridades chinas. El resto de países tampoco se han pronunciado, pero el efecto dominó puede extenderse a otros Estados.
Una de las competiciones que puede verse afectada es la NBA, que ya en 2019 tuvo un serio conflicto por las declaraciones del GM de los Rockets. Daryl Morey criticó la represión en territorio chino y las autoridades vetaron cualquier vínculo con la franquicia de Houston.
Durante un tiempo, de hecho, se suspendieron las emisiones de los partidos en China y las franquicias NBA que estaban de pretemporada, por orden de la cúpula de la competición, suspendieron las ruedas de prensa para que no se hablara del conflicto. El tema llegó a salpicar hasta a LeBron James, que no fue tan tajante contra China como en otros asuntos como el Black Lives Matter. Una actitud que jugadores como Kanter han echado en cara de la estrella estadounidense.
El paso de Estados Unidos de boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno puede repercutir en otros acuerdos deportivos. La NBA, que ya sufrió un golpe de 400 millones tras ese último choque con China, se puede convertir en una de las vías de ataque de China a Estados Unidos.
El 'caso Peng Shuai'
El boicot a China y sus Juegos Olímpicos de Invierno ya se venía estudiando en la administración norteamericana. Las autoridades chinas nunca le dieron importancia y apretaron para que ningún representante de Estados Unidos llegara a viajar. La mediación del COI, que es quien tenía la última palabra en cuanto a este tipo de invitaciones, calmó el ambiente. Sin embargo, el equipo de Joe Biden no ha querido esperar más para zanjar las dudas con su boicot oficial.
La guerra diplomática y organizativa contra China, por lo tanto, se da por comenzada. Y gestos como el de Estados Unidos reafirman campañas como la de la WTA, organizadora del circuito femenino de tenis y primera impulsora del veto a China. Su presidente, Steve Simons, confirmó que ningún torneo oficial se iba a disputar en 2022 en China salvo que las autoridades revelaran el estado real de la tenista Peng Shuai. La jugadora china, cabe recordar, denunció en noviembre que había sido violada por un alto representante del Partido Comunista y exviceprimer ministro del país. Un anuncio que supuso su desaparición de la escena pública.
China vetó todos los mensajes y censuró cualquier noticia relacionada con este caso. Peng Shuai desapareció por completo y, pese a la insistencia de medios internacionales, no concedió ninguna entrevista. El miedo a un ataque por parte del gobierno chino no tardó en llegar y la campaña mundial de estrellas del deporte para saber dónde estaba Peng Shuai se hizo viral. El COI fue quien, en plenas críticas a China y con el boicot a los Juegos de fondo, logró hablar por videoconferencia con la jugadora. Pese a ese gesto, la WTA ha rechazado su validez y ha pedido pruebas fehacientes de que se encuentra en buen estado y que es libre para hablar.
Sin el tenis femenino y sin Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, el conflicto contra China no ha hecho más que comenzar. El resto de competiciones quedan entre la espada y la pared y tanto la imagen de cada organización, como los términos económicos que genera el mercado chino, están en juego en las próximas semanas.
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