China ha hecho todo lo posible para ser la primera ciudad en organizar uno Juegos Olímpicos de Invierno (2022) y unos de Verano (2008). La administración ha superado los problemas de contaminación, ha revertido la falta de agua y, por si fuera poco, Pekín ha logrado superar el problema de que no nieve. Los organizadores la crearán de forma artificial.
Los JJOO, que se celebrarán a partir del 4 de febrero en la capital, serán los únicos en la historia que utilizarán un 100% de nieve artificial. Un reto que supondrá un gran esfuerzo económico sinigual y que tendrá un fuerte impacto medioambiental.
La cita olímpica viene marcada por la polémica del boicot diplomático de Estados Unidos a China tras el caso Peng Shuai y lo ocurrido en Hong Kong. Tras eso llegaron los temores de las federaciones nacionales por el control que el país oriental quiere llevar sobre la tecnología y los comentarios que hagan los deportistas sobre cualquier cuestión política. Por si fuera poco, el aumento de la tensión entre Ucrania y Rusia en los últimos días es la gota que puede colmar el vaso.
Pero los propios Juegos guardan aún más polémicas en torno a su elección. Normalmente, la cita más importante de los deportes de invierno se celebra en ciudades cerca de la montaña o con temperaturas muy bajas. Pekín no es el caso. Aunque es invierno y, por ende, hace frío, no hace el suficiente. El lugar que acogerá las pruebas de esquí, a más de 200 kilómetros de la capital, tenía un color marrón en vez de blanco cuando se hizo la evaluación del Comité Olímpico Internacional.
¿Cuál es el motivo que provoca esto? Que el invierno de Pekín es seco. Las precipitaciones en la ciudad china se producen principalmente en verano. Zhangjiakou es la subsede donde se celebrarán estas citas montañosas, pero allí no cuaja la nieve más de 20 centímetros. Por eso, utilizando unos grandes cañones, crearán más de 1,2 toneladas cúbicas de este elemento que permitirá que se celebren las modalidades al aire libre.
Impacto económico
Esto no es una novedad para la cita olímpica. Sochi, una de las zonas turísticas de Rusia más famosas en verano, usó un 80% de nieve artificial. Pyeongchang, que es una zona árida de Corea del Sur, utilizó un 90%. Sin embargo, Pekín no utilizará ninguna base de nieve natural. Tanto en la sede de esquí alpino en Yanqing, un suburbio montañoso de Pekín, como en las sedes de biatlón, esquí de fondo, estilo libre, nórdico, saltos de esquí y snowboard en Zhangjiakou, la presencia de este elemento dependerá de la empresa TechnoAlpin.
Esta compañía es la que se ha encargado de proveer de cientos de cañones de nieve con ventilador y otros tantos de agua nebulizada. Entre 2018 y 2019 partieron en grandes cargueros desde Italia, donde tiene su base esta empresa, y hasta noviembre de 2021, por los problemas derivados por la pandemia, no se instalaron en las diferentes sedes. Desde entonces llevan funcionando 24 horas al día para crear 1,2 toneladas cúbicas de nieve sobre la que los deportistas competirán.
Para crearla, hace falta agua, y en esta región precisamente no es que abunde. Según calcula Naciones Unidas, la disponibilidad de agua por habitante es de apenas 200 metros cúbicos. Es por lo que las autoridades chinas acometen desde 2002 un megaproyecto para el trasvase de 448.000 metros cúbicos anuales de agua del sur al norte a través de tres canales. Esta operación se proyectó con un coste de unos 60.000 millones de dólares.
No será el único gasto. Para conseguir la candidatura los organizadores tuvieron que proyectar la construcción de un tren de alta velocidad entre las sedes. Además, se ha invertido 130.000 millones de dólares en limpiar el aire contaminado de las ciudades que albergarán esta cita. Y por si fuera poco, para incentivar el interés entre la población china, se creó un programa para desarrollar los deportes de invierno en el país que ha costado 30 millones de dólares. Una inversión única en la historia olímpica.
Impacto medioambiental
De esos miles de metros cúbicos de agua que se han derivado hacia Pekín, no serán pocos los que se usen para los Juegos Olímpicos. El sistema de nieve artificial requiere en total, para todas las sedes, de 185 millones de litros. El impacto medioambiental es tremendo, aunque la empresa que se encarga de este sistema asegura que en cualquier sede hacen falta estos sistemas por culpa del cambio climático. Además, para justificar que esto no es la pescadilla que se muerde la cola, alegan que los cañones usan energía renovable.
Una de las zonas más contaminantes del mundo se teñirá de blanco para acoger durante tres semanas (del viernes 4 de febrero al domingo 20) la cita que todos los amantes de los deportes de invierno esperan. Normalmente, los pekineses esperan más de 100 días desde la llegada del invierno para ver algún copo. Este año, después de una inversión desorbitada, verán miles de toneladas en su entorno mientras las grandes estrellas buscan las medallas de oro en sus respectivas modalidades.
[Más información: Los JJOO de Invierno, entre la tensión y la guerra: el boicot crece y la estrategia rusa aumenta el conflicto]
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