Liz Kincaid, el monstruo de la gimnasia en Reino Unido: apartada de la selección por maltratos
Los relatos de Poppy Wynn y Sophie Jameson instigan una investigación de UK Sport y Sport England, así como otra que lleva a cabo British Gymnastics.
27 abril, 2022 07:00Noticias relacionadas
De Nadia Comaneci a Simone Biles, grandes estrellas de la historia de la gimnasia deportiva han sufrido la tiranía de entrenadores que se convirtieron en monstruos para ellas. El último caso pone el foco sobre Reino Unido. Este verano, extrañaba entre los británicos que Liz Kincaid hubiera sido apartada de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Una de las técnicas más prestigiosas del país no acudía a la cita más importante y se hablaba simplemente de un retiro. Ahora han hablado las gimnastas que habían sufrido sus métodos.
En realidad, Kincaid había sido objeto de acusaciones sobre los malos tratos que aplicaba durante sus entrenamientos. Se inició una investigación, pero British Gymnastics había recibido otras quejas un año antes. Liz negó cualquier versión que daban las gimnastas, pero las palabras de las afectadas eran demasiado graves como para ser obviadas. Además, las normas de la British Olympics Association dejan bien claro que nadie puede acudir a los JJOO con "cualquier queja en curso sin resolver".
Dos exgimnastas relatan a la BBC acusaciones sobre cómo manejó lesiones que se produjeron durante sus entrenamientos, así como el maltrato tanto psicológico como físico que les infligía. Poppy Wynn y Sophie Jameson, tres veces campeona británica, dan la cara para sacar del ostracismo estas prácticas más que cuestionables. El informe final de la revisión independiente, dirigida por Anne Whyte QC tras el encargo de Sport England y UK Sport, se publicará a finales de mayo.
Las acusaciones
A la edad de 12 años, Poppy Wynn se desgarró el perineo después de aterrizar mal tras no apoyarse bien en las barras paralelas. "Fui a Liz, tenía sangre goteando por mi pierna y luego me llevó a la oficina y me dio toallas sanitarias para limpiar la sangre de manera efectiva y luego me envió de regreso al gimnasio", explica la exgimnasta galesa. Kincaid supuestamente le dijo a la madre de la joven que aparentemente había comenzado su período durante el entrenamiento.
Más tarde, su madre miró la lesión de su hija y dijo que lo que vio parecía "peor que un parto", y llevó inmediatamente a Wynn al hospital donde los médicos "preocupados" la ingresaron durante la noche y la derivaron a ginecología. Poppy admite también haber entrenado con una mano fracturada durante seis semanas. Tanto ella como su compañera Sophie Jameson desvelan que ambas sufrían comentarios "inhumanos" de Kincaid, así como les "gritaba a la cara" y les hacían sentirse avergonzadas de su peso.
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Jameson también explica que recuerda haber entrenado con un tobillo fracturado, al que le quitaron el yeso demasiado pronto a petición de Kincaid. Después le siguieron otras lesiones mal manejadas. "Me disloqué la rodilla con el potro. Miré hacia abajo y recuerdo haber gritado en el gimnasio. Fue una experiencia bastante horrible. Tenía una gran rodillera. Ella quería que siguiera entrenando la parte superior del cuerpo, columpiándome en barras y esas cosas. Solo recuerdo que eso fue insoportable", relata.
Tres de las gimnastas de Kincaid han competido en los Juegos Olímpicos. Amelie Morgan, una de ellas, lideró el equipo británico para ganar su primera medalla olímpica de gimnasia por equipos desde 1928 con un bronce. Ellas no han hablado, pero Jameson admite que ahora sufre episodios de ansiedad y también desarrolló un trastorno alimentario como resultado de sus malas experiencias en el mundo de la gimnasia.
La defensa
Kincaid niega todas las acusaciones que estas gimnastas han vertido en su contra. "La salud, el bienestar y la seguridad de las gimnastas bajo mi cuidado y tutoría era de suma importancia para mí y un asunto cercano a mi corazón. Sugerir que maltrataría a las gimnastas va contra todos los principios por los que vivo y es muy molesto", explica en un comunicado remitido a la BBC.
Por su parte, British Gymnastics se ha comprometido a embarcarse en un programa de reforma después de que termine la investigación independiente. También agregó a la BBC que están decididos a "aprender de todos aquellos que valientemente se han presentado y expresado sus preocupaciones". "Lamentamos profundamente a aquellos que han tenido una mala experiencia en nuestro deporte donde nos hemos quedado cortos", sentenció el ente de la gimnasia de Reino Unido.
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