El Auditorio Alfredo Goyeneche del Comité Olímpico Español se ha vestido este jueves de gala para rendir, 34 años después, un emotivo homenaje a los deportistas españoles que participaron en los Juegos Olímpicos de Calgary y Seúl 1988 para poner en valor el trabajo y esfuerzo realizado por todos los participantes que sentaron las bases de lo que hoy en día es el deporte en nuestro país.
Con el salón de actos de la entidad olímpica repleto de grandísimas figuras de nuestro deporte, el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco ha agradecido su presencia a todos los asistentes y ha dicho: "hacer un reconocimiento a los deportistas es recordar el pasado, pero también es vivir el presente porque los Juegos Olímpicos siempre están ahí".
“Han pasado 34 años, pero podéis sentir una vez más la admiración, el respeto y el aplauso de los que tuvimos la oportunidad de ilusionarnos con vosotros y de admiraros. Y, hoy, 34 años después, aquellos que no os vieron tienen que conoceros a través de estos recuerdos y deben conoceros como leyendas”, ha añadido.
Para entregar el diploma conmemorativo a los deportistas asistentes, el presidente del Comité Olímpico Español ha estado acompañado en el escenario por la secretaria general del COE, Victoria Cabezas, la vicepresidenta primera de la entidad olímpica, Isabel Fernández, y los presidentes de las diferentes federaciones nacionales representadas en estos Juegos.
La esquiadora Ainhoa Ibarra, abanderada en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary 1988, evento al que el equipo olímpico español acudió con doce deportistas y en el que logró un diploma olímpico conquistado por Blanca Fernández Ochoa, ha declarado que “el sueño de ser olímpico, de estar ahí, de competir y llevar la bandera son sensaciones inigualables. Cada vez que lo recuerdo se me ponen los pelos de punta. Es algo muy emocionante, muy emotivo”.
Meses más tarde la delegación española estuvo presente en los Juegos Olímpicos de verano de Seúl 1988, donde acudió con 217 deportistas y logró cuatro medallas y dieciséis diplomas. La encargada de portar la bandera de España fue la infanta dña. Cristina de Borbón, quien formó parte del equipo femenino de la clase 470 de vela y quien ha asegurado que “llevar la bandera y estar en unos Juegos es una emoción indescriptible. El haber llegado con todo el equipo fue fruto del trabajo de muchos años de preparación".
Una de las cuatro medallas conquistadas en la capital surcoreana llegó de la mano de Jorge Guardiola. Hay en la modalidad de skeet de tiro al plato. El bronce logrado por el madrileño estuvo acompañado en el medallero español por un oro en vela, una plata en tenis y otro bronce en natación. El propio Jorge ha reconocido que “ganar la medalla fue algo impresionante. El recuerdo más bonito que tengo es después de recoger la medalla y ver la cara de mi mujer Natalia con lágrimas en los ojos. Es un momento que no voy a olvidar nunca”.
Por su parte, el jinete Luis Álvarez de Cervera, quien participó en seis Juegos Olímpicos y logró nueve diplomas, ha afirmado que la clave del éxito es seguir intentándolo. “No lo conseguí al principio ni al final, pero la ilusión de llegar a otros Juegos me llevó a seguir intentándolo. Y si tengo que quedarme con uno me quedo con Barcelona 1992, no solo con la participación, sino porque fueron unos Juegos organizados en España y salieron muy bien tanto en lo deportivo como en lo organizativo. Nos podemos sentir muy orgullosos de ellos”, ha reconocido.
En la clausura, el presidente del COE ha asegurado que “hoy en día todo el mundo conoce los éxitos del deporte español, pero no habríamos alcanzado esto si no existiese gente como vosotros”. “Yo miro para atrás y veo a los que estuvieron en París 1900 o en los Juegos de Invierno de Garmisch-Partenkirchen en 1936. Si no hubiese precursores de los que vosotros habéis seguido su estela, no habríamos llegado hasta aquí. Eso hay que reconocerlo y valorarlo. Valorar los resultados y vuestra actuación. Os marcasteis un reto e hicisteis todo lo posible por conseguirlo”, ha concluido.