Un diploma olímpico es una meta desdeñable en la carrera de un deportista, pero no es suficiente. Paula Barceló (Palma de Mallorca; 1996) sigue con la espina clavada después del cuarto puesto de Tokio 2020. Pero la regatista de la clase 49er FX se tomó esa primera experiencia en unos Juegos Olímpicos como un aprendizaje que alimenta su ambición de cara a París 2024. El primer paso fue el Europeo en el que Tamara Echegoyen y la balear fueron quintas. Ahora darán el segundo en Canadá.
Desde este miércoles 31 de agosto se celebra el Mundial de FX en St. Margaret's Bay. Barceló y la gallega ya fueron campeonas del mundo en Australia en 2020, por lo que llegaban a Japón como grandes favoritas al oro. Después de esa decepción, Tamara y ella se tomaron un tiempo para cerrar las heridas y volver a la acción más fuertes. Primero siguió con sus estudios de Medicina. Después, convenció a su pareja de embarcación para seguir un ciclo olímpico más a sus 38 años.
Paula ha aprendido a perder, pero también a ganar. Ese es el camino que quiere seguir, el de la victoria. En cualquier caso, no se mete prisa con los resultados. No tiene la presión de ser campeona en este Mundial, aunque sabe que el tándem que conforma con Tamara tiene calidad para tumbar al resto de rivales. La balear aporta más experiencia a la embarcación en cada gran campeonato al que llega. Desde Canadá quiere dar un empujón fuerte al Energy 23 para empezar a soñar con París.
La experiencia es un grado, ¿llega en el punto de madurez más alto de su carrera deportiva a este Mundial?
Sin duda no llego en mi punto máximo de madurez. Pienso que todavía tengo mucho crecimiento por delante, cosa que me motiva mucho para seguir hacia adelante.
¿Cuánto influye la experiencia del cuarto puesto de Tokio 2020 en ese margen de mejora?
La experiencia de Tokio, aunque fue dolorosa, acabó siendo un aprendizaje para esta campaña. Es tan importante saber ganar como saber perder.
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¿Cómo le influenció a la hora de seguir centrada en su carrera de Medicina?
Independientemente del resultado de Tokio, tenía claro que debía volver a la medicina. Tengo la carrera muy avanzada y sería una pena no terminarla.
¿Dudó en dejar el deporte profesional?
Creo que en ningún momento dudé en dejar el deporte profesional. Es algo que me apasiona y creo que todavía tengo mucho por aprender y mucho que crecer.
La química con Tamara es total como demostraron al ganar el Campeonato del Mundo en 2020, ¿en qué cuestiones trabajan para conseguir lo que faltó en Tokio?
De momento estamos retomando sensaciones. Ha sido un año con el foco puesto en los estudios y con pocas horas de agua. Poco a poco estamos cogiendo forma otra vez para volver a estar en la pelea.
¿Cuánto influirá el resultado que consigan en Canadá en ese camino a París 2024?
Un mundial es un mundial y siempre buscamos un buen resultado, pero somos conscientes de que no hemos preparado este mundial como nuestras adversarias.
¿Cuáles son los pasos que se han marcado para conseguir la clasificación?
De este Mundial buscamos saber en que posición nos encontramos en la flota y sobre todo, que cosas debemos trabajar en la siguiente temporada para estar ahí arriba. Las sensaciones son muy buenas, pero hay que tener los pies en el suelo.