Ana Peleteiro (Ribeira, 1995) ya no salta sólo por sí misma. Hace 18 meses dio a luz a su primera hija, Lúa, y hace casi cuatro volvió a la competición internacional, en Glasgow. Recién proclamada campeona de Europa en Roma, la triplista gallega inicia en Madrid su cuenta atrás particular para los Juegos Olímpicos de París. En un mes buscará mejorar su resultado de Tokio, donde se colgó el bronce.

"La presión me viene bien, me da confianza, porque vengo de donde vengo, de una maternidad", dice Peleteiro en un acto en la sede del Comité Olímpico Español (COE). Ser mamá le ha hecho "mejor deportista y persona", confiesa. "Me ha ayudado a valorar más el deporte que hago. Ahora tengo ambiciones diferentes", añade.

Les manda un mensaje a las niñas que ahora sueñan ser como ella, igual que Ana en su infancia fantaseaba con ser como las hermanas Williams: "Que no tengan miedo a tener carácter, que no tengan miedo a no gustar a todo el mundo. Que luchen, que si quieren ser doctoras que vayan a por ello, que si quieren ser deportistas que luchen por ese deporte, por mucho que les digan que por ser mujer no". Luego Ana Peleteiro conversa con EL ESPAÑOL.

Ana Peleteiro, en la entrevista con EL ESPAÑOL David Morales

Un salto de 14.85 metros, el segundo mejor de su vida, le hizo colgarse el oro en el Europeo de Roma hace tres semanas. Era un resultado muy importante para ella, pero por su gente y no por los que ya la habían 'enterrado' deportivamente tras ser madre: "No pienso en la gente que me haya criticado o dudado de mí sino en aquellos que sí creyeron y apostaron por mí. Ese es mi motor. En ningún momento hay odio dentro de mí. Ni odio ni rabia ni malas energías", explica.

Se define como "una persona que a día de hoy sólo piensa en positivo, que le gusta rodearse de personas que me transmiten cosas buenas". "Cuando hay alguien que tiene alguna mala 'vibe', ya me aparto porque considero que no me aporta absolutamente nada bueno", señala sobre los apoyos que tiene. Uno de sus pilares es Benjamin Compaoré, su marido y también triplista, con quien tiene una conversación por teléfono en inglés justo antes de la entrevista.

La conciliación en los Juegos

Ana y Benjamin, que todavía no se ha clasificado para los JJOO, tomaron la decisión de estar sin su hija en la recta final hasta París: "Iban a ser tres semanas, pero finalmente serán dos antes del viaje porque justo llegan sus hermanas [Compaoré es padre de otras tres niñas] y me parece un poco egoísta para mi hija separarla de sus hermanas, que tienen que venir a España, y que no disfrute de ellas cuando las ve poco. Entonces, finalmente, será un poquito más tarde. Después de la Diamond League de Mónaco viajaré y la llevaré a casa de mis padres y desde entonces estará allí con ellos", cuenta sobre la conciliación hacia París.

Los Peleteiro-Compaoré tomaron la decisión tras lo difícil que les fue en el Europeo. Ana contó en Relevo que una semana antes del certamen estuvo con fiebre por un virus que le pasó su hija, y luego cayó su marido. Esto llegó, incluso, a comprometer el brillante papel que acabó teniendo la atleta gallega en el campeonato al aire libre en Roma.

"Sé que es la mejor decisión que podíamos tomar", añade a EL ESPAÑOL. "Ya no sólo por mi 'performance' o la de su padre, que se juega la clasificación para los Juegos este fin de semana, sino también para ella. Yo al fin y al cabo recuerdo los veranos en Galicia, en la playa, con los primos, con mis abuelos y con toda la familia y es un recuerdo genial", sigue.

"Yo sé que para mi hija dos semanas son dos días. Osea que creo que es algo para toda la familia, que nos va a venir bien a todos y que todos vamos a disfrutarlo. Una vez en París, ella va a estar allí, que vienen como quince personas, y lo vivirá con ellos. Ojalá luego podamos celebrarlo todos juntos", dice esperanzada.

Ana Peleteiro conquista la medalla de oro en el Europeo de Roma. REUTERS

Ana Peleteiro habla sin tapujos de otros temas más allá de su maternidad. Como el racismo, el que a veces sufre en redes sociales a través de insultos y también, en mayor grado, algunos de sus compañeros como el fondista Thierry Ndikumwenayo [oriundo de Burundi y nacionalizado español en 2023]. 'El Tigre', como así se apoda, fue bronce en los 10.000 metros en Roma y se reivindicó contra los racistas "para ver si callan".

Preguntada por lo ocurrido con su compañero, Peleteiro deja a este diario un sensato discurso sobre lo dañino que es el racismo para tantos: "Cuando di mis declaraciones sobre este tema, porque recibimos los insultos en algunas redes sociales, en gran parte lo hice por personas como él [Ndikumwenayo]. Me parece muy injusto que seamos tan, y digo seamos porque creo que va en una sociedad, injustos en decir cosas como: 'Vienen aquí...'. ¿Cómo que 'vienen aquí'? Una persona que, realmente, tiene que salir de su país, de su casa, de cerca de su familia para buscarse la vida es porque en su país lo está pasando verdaderamente mal", señala.

"Para nadie es agradable irse de su casa para buscarse la vida, a intentar tener una vida mejor, una vida digna", continúa. "Y además cuando llegues a ese país, que te guste tanto como para salir a competir con esa bandera y sentirte orgulloso y agradecido por todo lo que ese país te está dando, por la oportunidad y, sobre todo, por simplemente vivir en paz", dice de casos como el de Ndikumwenayo.

"Yo sé que 'El Tigre', en este caso, lo ha pasado muy mal porque ha sufrido muchísimos casos en los cuales se le ha tratado mal. Directamente se pensaban que estaba entrando a robar, estas historias contadas por él o incluso por su propio entrenador, simplemente por su condición de negro o de inmigrante. Me parece muy injusto", explica en solidaridad con su compañero. 

"Hablo del racismo desde una posición afortunada porque me crie en una sociedad blanca"

Peleteiro pidió en una entrevista con RTVE una ley más severa para las agresiones racistas en redes y habla aquí de su caso personal: "Creo que yo hablo desde una posición afortunada. Hay insultos en los que a mí también se me incluye, pero es que yo nunca he sufrido este tipo de cosas porque me he criado en una sociedad blanca. En mi familia todos son blancos, yo soy adoptada y mi lucha, desde que soy pequeña, es explicar que sí, que soy mestiza, pero que soy gallega. Mi madre biológica es gallega y a mí padre biológico no lo conozco, que a mi madre biológica tampoco, pero cuando mis padres me recogieron a los dos días de vida les dieron esta información".

"Entonces es como una lucha diferente y, aparte, yo tengo un amor propio muy grande como para que a mí eso [los insultos racistas] me afecte. Pero eso no quiere decir que a todo el mundo que está en una situación como la mía o parecida tenga esa posibilidad de que no le afecte. Entonces, me parece muy injusto que a aquella persona que está intentando dejar la bandera de España y el nombre de los españoles en lo más alto se le juzgue por su origen. Yo que tengo un altavoz mayor que el de Thierry, en este caso, creo que debo de ayudarle a que él, por lo menos, sufra lo menos posible". Así concluye la charla Ana Peleteiro, que sólo pide "salud" en el mes que queda para los JJOO de París: "Del resto me encargo yo".

La preparación mental de Peleteiro

"Yo me apoyo mucho en el coaching mental. Siempre he sido buena competidora, pero en los últimos años doy un plus que me sorprendo a mí misma, soy mi mejor versión, incluso mejor que en mis mejores entrenamientos.

El físico es más la preparación, pero en la competición el trabajo físico ya está hecho, lo que vas a hacer allí son pinceladas... Y allí la cabeza es un 90 por ciento.

Hago visualización. Luego da un poco de miedo cuando estás en el sitio, decir como que ya he estado aquí. Tengo una anécdota de Tokio. Mentalmente al hacer la maleta me veía en el estadio, ganando la medalla... Lo visualicé tantas veces que cuando pasó pensé: 'Yo ya he estado aquí en otra vida'.

Era todo exactamente igual. Tenía la sensación de que estaba en una simulación y de que alguien me iban a desconectar. Fue el momento más importante de mi vida y fue como vivirlo dos veces".

*Declaraciones durante el acto de Bridgestone en el COE