Con los Juegos a la vuelta de la esquina -este viernes será la inauguración- la organización apuntala los últimos detalles sobre el evento y todo lo que puede afectar a la vida de los deportistas dentro de la Villa Olímpica. El descanso, nuevamente, vuelve a estar en el punto de mira.
Uno de los factores que más dio que hablar durante los últimos Juegos Tokio fueron las camas 'antisexo' que se implantaron para evitar "encuentros casuales" entre los atletas. Cuatro años después, el Comité Organizador ha instalado 16.000 camas para los más de 10.000 atletas que arriban en París.
La estructura de las camas está fabricada de cartón reciclado y posee tres piezas intercambiables para adaptarse a la altura y peso del atleta y son capaces de soportar 200 kilos. Cuando se instauraron en Tokio, se dijo que estas camas eran una medida para desincentivar el sexto entre los deportistas ya que el coronavirus todavía daba sus últimos coletazos.
El Comité decidió organizar una cita con la menor interacción física posible. Esto se mantendrá en París, aunque las dudas sobre su eficacia sobrevuelan la Villa Olímpica después de que el atleta irlandés, Rhys McClenaghan, publicara un video poniendo a prueba su resistencia.
En el mismo, se observa al deportista realizando volteretas, saltos y todo tipo de acrobacias para ver si la cama se rompía, como se esperaba, o por el contrario resistía. "Una vez más tienen estas camas de cartón que llaman 'anti-sexo'. Cuando las probé la última vez, resistieron mis pruebas, aunque quizá no fui lo suficientemente riguroso", explicó.
Y tras bajarse de la cama confirmó que pasaron las pruebas. "Eran fake news", dijo. "La elección de estas camas para la villa olímpica y paralímpica está vinculada principalmente a una ambición más amplia de garantizar un impacto ambiental mínimo y una segunda vida para todo el equipo", explicó un portavoz de la organización.
El irlandés, doble campeón mundial y europeo en cabalo con arcos, demostró que las camas de la Villa Olímpica resisten todo tipo de actividad física. Una vez dejada atrás la pandemia, la organización de París repartirá 300.000 preservativos, lo que establece una media de 28 por deportista, el doble que hace tres años en Tokio.