Rudy Fernández no se baja de la élite. Hizo una promesa su progenitor y la cumplió. "Le prometí a mi padre que los Juegos serían mi último torneo. Por eso también estoy un poco aquí, no quiero engañar a nadie", aseguró el alero tras sellar el billete a París, donde ha hecho historia al convertirse en el primer jugador de baloncesto que participa en seis Juegos Olímpicos.
Atrás quedan Atenas, Pekín, Londres, Río de Janeiro y Tokio, un hito inalcanzable hasta la fecha en el baloncesto masculino. Con sus minutos ante Australia, Rudy en otra galaxia y desempata con Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Oscar Schmidt, Andrew Gaze y Teófilo Cruz, todos ellos con cinco participaciones olímpicas.
Le acompaña en el récord la estadounidense Diana Taurasi, que a sus 42 años también afronta su sexta participación olímpica. Su récord todavía puede ser mayor si logra la que sería su sexta presea dorada. En cuanto salte a la pista de Lille también entrará en otra dimensión. Rudy se despedirá por todo lo alto. En tiempo y forma porque a sus 39 años su papel dentro de la Selección es capital.
"Increíble la sensación de poder vivir otros Juegos Olímpicos. El trabajo tiene su recompensa. Hemos creído, les hemos sabido competir y hemos estado muy agresivos. Le agradezco a la gente de Valencia que nos haya ayudado y nos haya empujado para poder estar en otros Juegos Olímpicos", aseguraba tras vencer a Bahamas en el Preolímpico y sellar el billete a París.
Rudy traspasa en París la barrera hacia lo desconocido en el baloncesto masculino con sus sextos Juegos. Lo ha ganado todo tanto a nivel de clubes con el Real Madrid como con la Selección. Solo se le resiste la presea olímpica dorada. En París afronta su última oportunidad. Parece imposible, pero Rudy ya es una leyenda del baloncesto español. Solo le queda disfrutar dentro de la cancha como hace que lo hagan los aficionados fuera de ella con sus exhibiciones.