El Comité Olímpico Canadiense anunció este sábado que la entrenadora del equipo nacional de fútbol femenino, Bev Priestman, ha sido suspendida por un año después de descubrirse que utilizó drones para espiar al equipo olímpico de Nueva Zelanda antes del inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024.
A demás de la suspensión a la seleccionadora, el equipo canadiense ha sido penalizado con la pérdida de seis puntos en la fase de grupos de los Juegos Olímpicos, una sanción que complica enormemente sus posibilidades de avanzar a la siguiente ronda.
El escándalo salió a la luz cuando el equipo de fútbol femenino de Nueva Zelanda reportó al Comité Olímpico Internacional (COI) que drones habían sobrevolado sus sesiones de entrenamiento cerradas a principios de semana.
Posteriormente, se informó que tanto los equipos femeninos como masculinos de Canadá habían estado utilizando drones ilegalmente para grabar los entrenamientos cerrados de sus oponentes durante varios años.
La Asociación Canadiense de Fútbol (CSA) anunció la suspensión de Priestman el jueves, y la entrenadora no dirigió al equipo en su primer partido de los Juegos de París, donde Canadá venció a Nueva Zelanda 2-1.
Priestman negó tener conocimiento del uso de drones, pero decidió apartarse del equipo para el partido inaugural como una muestra de responsabilidad. Sin embargo, tras nuevas revelaciones, la CSA extendió su suspensión para cubrir el resto del torneo y anunció una investigación independiente sobre el asunto.
Priestman, de 38 años y originaria de Consett (Inglaterra), había llevado a Canadá a ganar su primera medalla de oro olímpica en fútbol femenino en los Juegos de Tokio 2020. Sin embargo, Rick Westhead del medio TSN reportó que el equipo canadiense se había beneficiado de prácticas de espionaje con drones también durante esos Juegos Olímpicos.
La sanción de seis puntos deja a Canadá en una posición precaria. Originalmente, habían empatado en la cima del Grupo A con Francia tras su victoria sobre Nueva Zelanda, pero ahora se encuentran técnicamente en el fondo del grupo, detrás de Nueva Zelanda y Colombia, ambos con cero puntos.
Canadá necesitará ganar sus dos partidos restantes contra Francia y Colombia para tener alguna esperanza de avanzar a los cuartos de final como uno de los dos mejores terceros equipos.
La situación se complicó aún más cuando se descubrió que dos miembros del personal de la selección canadiense, la asistente Jasmine Mander y el analista Joseph Lombardi, también estaban involucrados en el espionaje con drones y fueron enviados de regreso a Canadá.
La policía francesa interceptó a Lombardi cuando recuperaba un drone que había estado sobrevolando las sesiones de entrenamiento de Nueva Zelanda y encontró imágenes y mensajes de texto incriminatorios que implicaban a Mander.
Este escándalo ha puesto a la selección femenina de fútbol de Canadá bajo un intenso escrutinio. Kevin Blue, CEO de Canada Soccer, anunció la suspensión de Priestman y la puesta en marcha de una revisión externa independiente para investigar no solo el incidente en Francia, sino también las prácticas éticas históricas de los programas de los equipos nacionales masculinos y femeninos.
Las prácticas de espionaje no se limitan a los recientes Juegos Olímpicos. Según informes, equipos canadienses han utilizado drones para grabar las sesiones de entrenamiento de sus oponentes durante varios años, incluidos torneos anteriores como la Copa del Mundo Femenina de 2022 y las eliminatorias de la Copa del Mundo.
Un contratista de Canada Soccer incluso fue atrapado intentando grabar un entrenamiento privado del equipo femenino de Panamá en 2022, lo que llevó a una queja formal de la Federación Panameña de Fútbol.
Estas revelaciones han provocado una reacción enérgica en el mundo del fútbol. Amy Walsh, exjugadora del equipo nacional femenino de Canadá, expresó su indignación diciendo: "Esto es horrible, el peor de los escenarios. Me siento enferma, genuinamente nauseada. Entiendo que en niveles altos la gente hará lo que sea para ganar ventaja competitiva, pero esto cruza la línea".
A medida que avanza la investigación, FIFA y Canada Soccer se enfrentan a la tarea de restaurar la integridad y la confianza en sus programas. Mientras tanto, el equipo canadiense lucha por su supervivencia en los Juegos Olímpicos de París bajo la dirección interina del asistente Andy Spence, quien asumió el rol de entrenador principal tras la suspensión de Priestman.