Miquel Travé se quedó a las puertas de conseguir una medalla en la prueba de C1 de piragüismo. Una penalización por tocar una de las puertas le apartó de la presea de plata, el único borrón en una actuación impresionante del piragüista catalán.
Travé surcó las olas de las aguas bravas de Vaires-sur-Marne de manera espectacular, y se fue creciendo según descendía hacia la meta consciente de que incluso estaba marcando el mejor tiempo. Contaba ya con la referencia de la mayoría de sus rivales, pero cuando todo iba rodado tocó una de las puertas y sufrió una penalización de dos segundos.
Estos dos segundos hicieron que Travé se quedara con un tiempo de 97.92, lo que le dejó finalmente con un diploma olímpico en la quinta posición. Sin esa penalización, su marca hubiera sido de 95.92, lo que en esta final le habría valido la medalla de plata.
El oro fue para el gran favorito de esta prueba de C1, el francés Nicolas Gestin. El local firmó una actuación memorable, con un registro de 91.36 para darle un nuevo oro a Francia. La plata cayó finalmente para el británico Adam Burgess con su tiempo de 96.84, mientras que el bronce se lo quedó el eslovaco Matej Benus con 97.03.
El catalán era una de las opciones que tenía la delegación española para agrandar su medallero, aunque seguramente no era el gran favorito dentro de esta final de C1. En su estreno en la eliminatoria previa, consiguió superar el corte y además lo hizo de una forma brillante que ya advertía del gran estado de confianza y de forma al que llegaba a París.
Miquel Travé firmó en esta previa un gran descenso de 96.69, es decir, el segundo mejor tiempo de la serie. Tan solo fue superado por el francés Nicolas Gestin, que con el aliento del público se creció para llegar a la final con las mejores sensaciones.
Se conformaba con un diploma
Miquel Travé llegaba a París con la presión y también con la ilusión propia de un debutante. A sus 24 años, nunca antes había estado en unos Juegos Olímpicos, así que sentir en sus propias carnes la experiencia de participar en la mejor competición de mundo le espoleó todavía un poco más.
El catalán no llegaba ni mucho menos como el gran favorito para conseguir una medalla de entre toda la terna de aspirantes, pero su buen trabajo estuvo a punto de verse reflejado. Ya en la previa había comentado que su principal objetivo era estar en la gran final, y que a partir de ahí cualquier resultado sería bien recibido.
"El resultado no dependerá de mí mismo. Yo voy a tener que hacer mi mejor versión, pero un objetivo a la vista es poder estar en una final, y dentro de ella estar entre los diplomas. Evidentemente, quién no quiere estar en la final y ganar, pero un resultado con el que me podría ir satisfecho sería un diploma", aseveró antes de viajar a París.
No será la última actuación del piragüista de La Seu d'Urgell en estos Juegos Olímpicos de París 2024. El próximo 2 de agosto tiene previsto participar en la modalidad de K1, donde también actuará Manuel Ochoa.