Al hablar de incentivos económicos por el rendimiento en los Juegos Olímpicos, las diferencias entre naciones son evidentes. Mientras que en Estados Unidos los deportistas que obtienen una medalla de oro reciben un premio de 37.500 dólares, algunos países ofrecen incentivos mucho mayores para alentar a sus atletas a llegar a lo más alto del podio.

En los próximos Juegos Olímpicos de París, Hong Kong se destaca como la nación que ofrece la mayor recompensa: un impresionante premio de 768.000 dólares para cada atleta que consiga una medalla de oro. Para los atletas estadounidenses, ganar una medalla de oro no solo trae fama y reconocimiento, sino también un incentivo financiero.

El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos entrega un premio de 37.500 dólares a los ganadores de la medalla de oro, 22.500 dólares para los de plata y 15.000 dólares para los de bronce. Aunque estas cantidades pueden parecer significativas, no lo son tanto para estrellas multimillonarias de la NBA como LeBron James.

LeBron James durante el partido de Estados Unidos contra Serbia. REUTERS.

No obstante, para muchos otros deportistas estadounidenses, estos premios representan una ayuda importante para cubrir los gastos de entrenamiento y competencia. Hong Kong, que compite de manera independiente de China en los Juegos Olímpicos, ha establecido un estándar sin precedentes en términos de incentivos económicos.

Con una oferta de 768.000 dólares por una medalla de oro, Hong Kong encabeza la lista de las naciones que más pagan a sus atletas olímpicos. Esta cifra es sorprendente si se considera que Hong Kong ha ganado solo dos medallas de oro en sus 17 participaciones en los Juegos de Verano.

Además, Hong Kong también ofrece premios significativos para otros puestos en la competencia. Por ejemplo, un deportista que termine en cuarto lugar recibirá casi 100.000 dólares, mientras que aquellos que finalicen entre el quinto y el octavo lugar obtendrán casi 50.000 dólares.

Después de Hong Kong, Israel y Serbia se posicionan como los países más generosos con sus deportistas olímpicos. Israel ofrece 275.000 dólares por una medalla de oro, 192.000 dólares por la plata y 137.000 dólares por el bronce. Además, las recompensas en Israel están libres de impuestos y se ajustan según el tamaño del equipo, asegurando que todos los atletas reciban una compensación justa por sus logros.

Marchand, en el podio con Tomoyuki Matsushita, de Japón, y Carson Foster, de Estados Unidos. REUTERS

En Serbia, los medallistas de oro reciben 218.000 dólares, pero el apoyo no termina ahí. Los deportistas que suben al podio en cualquier disciplina son elegibles para una pensión nacional que se activa a los 40 años, proporcionando un apoyo financiero continuo más allá de su carrera deportiva.

Muchos países no se limitan a ofrecer premios en efectivo, sino que también proporcionan beneficios adicionales para sus atletas olímpicos. En Malasia, los medallistas de oro reciben 214.000 dólares, y además, tienen derecho a una pensión de por vida que varía entre 400 y 1.100 dólares al mes, dependiendo de la medalla ganada.

Otras recompensas jugosas

Italia, por su parte, otorga aproximadamente 196.000 dólares por una medalla de oro y no divide estos premios entre los miembros del equipo. Esto significa que cada deportista de un equipo ganador recibe la misma cantidad que un atleta individual.

Lituania también ofrece recompensas significativas y beneficios adicionales, como el pago del alquiler de sus medallistas una vez que concluyen sus carreras deportivas. Moldavia, Letonia, Hungría y otros países europeos siguen esta tendencia de proporcionar sustanciales incentivos económicos y apoyo continuado a sus atletas.

El equipo australiano de natación de 4x100 estilo libre celebra su medalla de oro Reuters

Aunque Dinamarca ofrece solo 15.000 dólares por una medalla de oro, este premio es libre de impuestos, lo que representa una ventaja significativa en un país con una de las tasas impositivas más altas del mundo. Este enfoque destaca la importancia de considerar no solo el monto del premio, sino también su tratamiento fiscal al evaluar la generosidad de las recompensas olímpicas.

Con los Juegos Olímpicos de París a la vuelta de la esquina, la disparidad en los incentivos económicos entre los países plantea una interesante discusión sobre el apoyo a los deportistas y el valor que cada nación asigna a los logros deportivos.

Mientras que Hong Kong se lleva la palma con su astronómico premio de 768.000 dólares por una medalla de oro, otros países también están haciendo esfuerzos significativos para recompensar a sus atletas y asegurar su bienestar financiero a largo plazo.

Estas diferencias reflejan no solo las prioridades y recursos económicos de cada nación, sino también su compromiso con el deporte y el reconocimiento del esfuerzo y la dedicación de sus atletas. En última instancia, aunque la gloria olímpica es un premio en sí mismo, para muchos deportistas, las recompensas financieras y los beneficios adicionales representan un apoyo crucial que les permite seguir persiguiendo sus sueños deportivos.