Hugo González vuelve a ilusionar a la natación española en París. El mallorquín, en su prueba fetiche -es vigente campeón del munndo- logra el billete a la final de los 200 metros espalda después de marcar el octavo mejor tiempo. A la espera de ver cómo combina el doblete con los 200 metros estilos, el nadador español ya tiene su segunda final en París bajo el brazo.
La estrategia a seguir por el nadador fue un reflejo de lo que es su natación. Primeros virajes en los que no se descuelga de la cabeza para atacar en los últimos metros. Tocó la pared penúltimo en el paso por los primeros 50 metros. Dosificando, pero consciente de que debía imprimir más ritmo.
Al paso por el 100, ya era tercerdo. Cayó hasta el quinto lugar para volver a finalizar tercero con un tiempo medio segundo por debajo de lo que había marcado en las rondas preliminares, aunque a medio segundo de los favoritos. Del mismo modo que para acceder a la final de los 100 metros espalda, Hugo selló el billete con agonía.
Tan sólo una décima le separó de quedarse fuera. Deberá dar un salto para poder tener opciones reales de medalla. Argumentos tiene para ello. Hace poco más de un mes logró el récord de españa con un tiempo un dos segundos más rápido.
Hugo jugará sus cartas en una final desgobernada, aunque le penaliza la calle uno por la que nadará. La cercanía de la pared crea más oleaje que si nadase por las calles centrales. "Por ahí también se puede conseguir una medalla", asegura el nadador mallorquín.
El húngaro Hubert Kos, campeón mundial en 2023, el suizo Mutkovic y el alemán Lukas Maertens serán los máximos rivales del español. Todas las miradas apuntan a Hugo González que irá agazapado por la calle uno. Crear sueños ya es un éxito.
De momento, su techo es el sexto puesto que hizo en los 100 espalda en París, calcdo al logrado en Tokio 2020. El mallorquín sabe que debe estar en su mejor prestación posible en los Juegos para subir al podio. Por ahora, le separan casi dos segundos.