Ayoub Ghadfa (Marbella, 1998) ha duplicado la cosecha de medallas del boxeo español en los Juegos Olímpicos. Hacía 24 años que los púgiles no sumaban un metal olímpico y en París ya van dos tras los asegurados por Enmanuel Reyes Pla y su compañero del peso superpesado. Ayoub está en semis del +92kg. tras firmar este viernes una pelea antológica contra el armenio Davit Chaloyan.

A sus 25 años y en sus primeros JJOO, Ayoub ya es medallista olímpico y ahora va a por el oro. Es la historia de un éxito prematuro: Ghadfa hace apenas ocho años era sólo un debutante en el boxeo. Sus prodigiosas condiciones físicas y la historia personal que le llevó a los deportes de contacto han tenido mucho que ver en esta medalla que ya canta el deporte español a falta de saber el color.

Ayoub nació en Marbella, a finales de 1998. Sus padres son de Marruecos y emigraron a la ciudad malagueña en busca de una vida mejor. Allí creció el boxeador que este viernes dio una alegría a toda España, pero que en su infancia fue un niño al que le tocó sufrir la dureza del acoso escolar. En clase se metían con sus raíces y su físico.

Aquellos momentos complicados fueron los que le llevaron al boxeo, aunque primero probara en el kickboxing. Ayoub empezó a dar clases con un vecino a los 10 años, bajo la recomendación de su padre de saber defenderse hacia aquellos que le hacían bullying. Le fue cogiendo el gusto a ese deporte, empezando a dar un cambio físico brutal, y a los 14 se lo empezó a tomar realmente en serio.

Ayoub es ahora un tiarrón de 1,98 metros de altura. De joven era el más alto en su clase y lo mismo le ocurría a la hora de practicar su deporte, lo que le complicaba la tarea de encontrar rivales con los que realizar sus primeras peleas. Aún así, llegó a competir un par de veces.

Otro punto de inflexión en su vida fue cuando se acercaba a los 18 años. Como todo joven, llegaba el momento de tomar una decisión sobre su futuro con la Selectividad a la vuelta de la esquina. Tenía en mente estudiar Ciencias de la Actividad física. Su otra alternativa era apostarlo todo por el kickboxing e irse seguramente fuera de España, pero era muy arriesgado. Optó por los estudios.

Sacó un 9,7 en la Selectividad y apenas unas décimas le separaron de la posibilidad de hacer la carrera en Granada, cerca de casa. Se fue a Madrid y, a partir de ahí, empezó a cambiar su vida. Ayoub no quería dejar de lado el deporte de contacto y se apuntó al gimnasio de José Valenciano, cerca de la Universidad Autónoma, en la que estudiaba. El consejo de su nuevo entrenador fue que debía empezar a probar en el boxeo. Lo de usar sólo los puños también le llamaba la atención al joven Ghadfa, con figuras como Muhammad Ali y Mike Tyson entre sus referencias, y empezó a probar. 

No tenía ni 19 años, y apenas un par de peleas de boxeo a sus espaldas, cuando llamó la atención del seleccionador español, el doble medallista olímpico Rafa Lozano. Al estudiar en la Autónoma, que comparte instalaciones con el CSD en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, Ayoub lo tenía más fácil y decidió aceptar la invitación del 'profe' Lozano. En 2018, ya era miembro del equipo nacional.

Desde entonces, su crecimiento ha sido muy rápido. Era muy pronto todavía para clasificarse para los Juegos de Tokio, pero en su mente estaba puesta en llegar a París y hacer un gran papel. En este ciclo olímpico fue acumulando éxitos que hacían vaticinar su triunfo de este viernes. Fue plata europeo en 2022, bronce mundial en 2023 y sólo hace unos meses se proclamaba campeón de Europa. Por último llegó el Preolímpico, en el que se hizo con el billete para los JJOO. 

Ayoub Ghadfa, durante su pelea contra Chaloyan en los JJO de París Reuters

La historia de superación de Ayoub Ghadfa es ya la de un medallista olímpico. Aquel niño que recibía el bullying de otros compañeros en el colegio está ahora a dos victorias del oro en París 2024. La aparición de figuras como José Valenciano o Rafa Lozano en su vida, junto a varias casualidades, han sido claves para estar donde está hoy, pero nada ha sido más crucial que su valentía de ir superando todas las piedras en su camino.

Junto a Enmanuel Reyes Pla, y ojalá también José Quiles (este sábado pelea en cuartos de final en su peso), el objetivo es ahora dar el primer oro olímpico al boxeo español. Desde Sídney 2000, con la plata de Rafa Lozano en el peso minimosca, no se festejaba un metal de los púgiles en los JJOO. La historia ha cambiado y Ayoub, junto a sus compañeros, quiere colocar la bandera de España en lo más alto de su deporte.