Dicen que la experiencia es un grado, y si en algo sigue ganando todavía a estas alturas Novak Djokovic a Carlos Alcaraz es en eso. El tenista murciano estuvo a un gran nivel, dejó momentos excelsos de juego en el primer set, pero tuvo que conformarse con una medalla de plata que ahora le sabe a poco pero que podrá poner en perspectiva con el paso del tiempo. [Así vivimos la derrota de Carlos Alcaraz ante Novak Djokovic]
Alcaraz deseaba con todas sus fuerzas darle el oro a España y contribuir así a dar un gran salto en el medallero. Durante una buena parte del encuentro parecía caminar de manera firme y sin frenos hacia la victoria, conectando golpes impresionantes y volando sobre la pista, pero lo cierto es que Nole jamás dio su brazo a torcer y siempre estuvo dentro del partido.
El español pagó muy caro en el primer set las ocho bolas de rotura que tiró a la basura y terminó cediendo en el tiebreak. Djokovic, que decía llegar con serios problemas físicos a la final, no dejó rastro alguno de estas molestias y cerró el puño para celebrar en el momento más delicado.
La derrota del primer set afectó notablemente al campeón de Roland Garros. El impresionante ritmo y los golpes increíbles desaparecieron de repente. Fue un bajón moral más que físico, aunque para derribar a Alcaraz hay que ser muy consistente, y si algo fue Djokovic en esta final fue precisamente eso, alguien muy fiable que en ningún momento bajó el ritmo.
El duelo tenía tintes dramáticos entre dos colosos del tenis. Todo se iba a decidir por pequeños detalles, y ahí, en la confianza, Nole se fue haciendo cada vez más grande, sabiendo además que tenía el colchón de haber ganado el primer set.
El desenlace de la segunda manga fue similar. De nuevo el tiebreak, y de nuevo Djokovic golpeando en el desempate. Novak cerró el partido con una derecha maravillosa, otro golpe de maestro que le elevó al lugar de los elegidos para alcanzar el 'Golden Slam'.
Era lo único que le faltaba a este tenista que encara ya el tramo final de su carrera deportiva y que pese a todo sigue siendo capaz de colgarse un oro en los Juegos Olímpicos. Las emociones que se desataron en su cabeza al saber que lo había conseguido dejaron imágenes que van a pasar a la historia.
Nole lloró desconsolado, como si acabara de ganar su primer torneo, consciente de la dimensión de lo que acababa de alcanzar. Apenas sabía cómo celebrar su triunfo, pero encontró en la grada el apoyo de los suyos para fundirse en abrazos interminables y bien merecidos.
Carlos Alcaraz se quedó a las puertas de convertirse en el campeón olímpico de tenis más joven de la historia. Esta vez se topó con una versión infalible de un soberbio Novak Djokovic, pero con tan sólo 21 años se colgó la plata y seguro que tendrá más opciones por delante de resarcirse de lo vivido en la final de París.