"Espantosa" y "bonita" son dos adjetivos antagónicos, que no conectan, excepto cuando se habla de Piragüismo. "El último tramo de la regata es espantoso, la más dura porque te pican los brazos y entra la fatiga, pero también es la más bonita. Aguantas con las fuerzas que te quedan y cuando llegas a meta es muy bonito poder celebrar". Algo que Antía Jácome -piragüista olímpica- no ha dejado de hacer esta temporada.
Se ha subido al podio en todas las competiciones que ha disputado. Tres platas Mundiales. En C2-200; C2-500 y C1-200. Las dos últimas pruebas serán el marco bajo el que buscará lograr en París el ambicioso -aunque alcanzable- reto de colgarse dos medallas olímpicas. Una dando paladas junto a María Corbera, su compañera y rival en individual. "Me visualizo con las medallas", asegura Jácome durante su conversación con EL ESPAÑOL.
"La máxima presión nos la metemos nosotras mismas. Sabemos por lo que podemos luchar y en qué punto estamos. Tenemos muy claro que debemos estar concentradas para que nuestro rendimiento sea el mejor porque, al igual que nosotras, hay más parejas que quieren lo mismo. Tenemos que luchar por ser nosotras y estar muy unidas en este proceso para sacar el máximo provecho y quedarnos tranquilas con nosotras mismas", detalla Antía, compañera y rival de María Corbera al mismo tiempo.
Ambas unirán fuerzas en el C2, pero competirán por separado en el C1."Antes no nos conocíamos y la rivalidad era complicada de llevar, pero desde que iniciamos a entrenar todo cambió. Es muy buena persona. Las dos entrenamos para ser las mejores. El selectivo que hicimos, en el que conseguí la plaza para el barco individual, fue un momento duro, pero nos hizo aprender muchísimo a las dos. Cuando comenzamos a entrenar juntas nos dimos cuenta de que el barco iba muy bien. Somos muy diferentes, pero iguales. Esa es la clave. Soñamos con la medallas".
Son los segundos Juegos para Antía, tras los de Tokio en los que la situación sanitaria global marcó su desarrollo. "En realidad, los de París van a ser mis primeros Juegos de verdad. Va a ser un cambio tremendo poder tener a nuestra familias en la grada, que se echó en falta en los últimos. Los de Tokio no fueron normales", relata Jácome durante su conversación con este periódico.
El viaje de Jácome hasta París ha tenido varias escalas. Inició en su Pontevedra natal, cuando de pequeña cruzó en kayak la playa de la Lanzada y decidió embarcarse en la experiencia. Fue la mejor decisión de mi vida". Antía ha creado escuela dentro de su familia, su hermano, Martín Jácome, ya ha sido campeón del mundo sub-23. La siguiente parada de Antía se estableció en el extremo opuesto de la península.
Con 15 años dejó atrás su Galicia natal y se instauró en Sevilla con la selección. "Fue complicado para mis padres porque una niña de 15 años se iba a vivir fuera de casa y para ser deportista de élite. Me fui a ver qué pasada. Quería probar. Recuerdo entrenar, salir de fiesta, vivir la vida... fueron los mejores años de mi vida. Sevilla siempre será mi casa, me gustaría vivir allí en un futuro. Mi familia me apoyó en todo momento, lo viven mucho".
Antía entrena ahora en Mallorca, donde la vida -lejos de la excitación turística durante el verano- es más tranquila. "Allí estoy más centrada en el piragüismo. Veo necesarios los momentos de desconexión para dejar de pensar lo que acarreamos cada día en los entrenamientos", explica. Antes de llegar a París, Antía pasó por Kenia, el viaje que le cambió la vida.
Jácome estudia educación infantil y peregrinó hasta el país africano para realizar un voluntariado con niños keniatas. "Lo repetiría sin duda. Fue de los mejores viajes de mi vida. Todo el mundo debería vivirlo. Me ha ayudado a cambiar la mentalidad y ver la vida de otra manera. Allí la gente vive diferente, se preocupa por menos cosas y yo siempre me he preocupado por el físico y allí me di cuenta de que debía valorar más las cosas. A mucha gente le gustaría vivir lo que estoy viviendo yo", zanja.
Galicia, Sevilla, Mallorca y Kenia. Cuatro paradas para arribar en el destino final: París. Los segundos Juegos, pero al mismo tiempo primeros para Antía, en los que oposita a dos medallas. Una junto a su compañera, María Corbera, que al mismo tiempo es su rival en individual, donde oposita a la segunda presea. Jácome, la primera mujer que clasificó en unos Juegos, está a dos -el C2 y el C1- paladas de la historia.