El partido de las semifinales del torneo femenino de fútbol entre España y Brasil no comenzó precisamente con buen pie para la Selección. El combinado de Monste Tomé buscaba la gran final para asegurar una medalla en los Juegos Olímpicos de París, pero se topó con un obstáculo inicial que no esperaba.

Cuando tan sólo se habían disputado seis minutos de juego y apenas había pasado nada en el partido, Brasil se encontró con un regalo en forma de gol. España trató de sacar el balón jugado y por eso jugó atrás con Cata Coll para que la guardameta tratara de encontrar una solución. Sin embargo, la presión de las rivales fue buena y eso obligó a la portera a buscar un desplazamiento en largo.

Lo hizo, sin embargo, con tan mala fortuna que su despeje se convirtió en un gol en propia puerta. Su lanzamiento primero tocó levemente en una futbolista de Brasil, y posteriormente el esférico se estrelló contra el cuerpo de Irene Paredes, que ni mucho menos se esperaba algo así.

La incredulidad se apoderó de las jugadoras españolas, que no terminaban de asimilar lo que acababa de suceder y la manera en la que una semifinal de un torneo olímpico se les había puesto cuesta arriba de esta manera tan particular.

Brasil, por su parte, celebró este gol de manera muy efusiva e incluso con algún gesto de dudosa deportividad, ya que parece que una de las delanteras brasileñas le lanzó alguna mirada un tanto desafiante a Cata Coll, que acababa de cometer este error que dejaba a España por detrás en el marcador.