Jamás en la historia hasta el momento el boxeo español ha conseguido un oro olímpico. El techo está en las platas conseguidas en Barcelona '92 y Sidney 2000, pero nunca un púgil español ha conseguido subirse a lo más alto del podio en unos Juegos Olímpicos. Ayoub Ghadfa va a intentar romper con todos los moldes.
El boxeador andaluz derrotó en la semifinal al francés Djamili-Dini Aboudou, que contaba con toda la presión ambiental a favor, y se coló en la gran final de +92kg. Ghadfa volvió a demostrar al mundo entero de qué pasta está hecho y que no le asusta lo que se le ponga por delante, así que va lanzado y está dispuesto a hacer historia.
El boxeo sigue salvando el honor del deporte español en estos Juegos Olímpicos de París. Después del polémico bronce con el que se tuvo que conformar Enmanuel Reyes, ahora Ayoub aumenta la apuesta y como poco sumará una plata para España.
El combate empezó a decantarse en el primer asalto. En un intercambio de golpes entre dos maneras de pelear muy diferentes, Ayoub Ghadfa convenció a cuatro de los cinco jueces, que le dieron la victoria por una amplia mayoría en los primeros tres minutos de pelea.
Aboudou fue consciente de que cuatro de los cinco jueces le habían dado ganador al español, así que salió a tumba abierta al segundo asalto. La estrategia, sin embargo, no le fue bien al francés y Ayoub fue más inteligente que su rival porque aprovechó las circunstancias para matar físicamente al galo.
El resultado fue todavía más demoledor. Unanimidad en los colegiados, el mejor en este segundo asalto había sido sin discusión alguna el de Marbella. Sólo faltaba rematar la faena en el tramo final, consciente Ayoub de que el público francés se volcaría con el suyo.
No le quedaba más remedio a Aboudou de poner toda la carne en el asador. Un físico tan descomunal como el suyo se expuso al máximo para tratar de tumbar a Ayoub. Casi no le quedaba más remedio que buscar un KO que hubiera sido sorprendente. Con un buen golpe consiguió que el español besara la lona, pero nada alarmante porque Ghadfa se levantó con la agilidad propia de un gato y no de un peso pesado.
Ayoub se sobrepuso bien al golpe, surfeó los últimos segundos del combate y el francés no tuvo más que resignarse a aceptar la realidad. El español fue mejor, y así se reflejó en la decisión final de los jueces. Victoria por unanimidad que lleva a Ghadfa directamente a la final del próximo sábado en el imponente escenario de la pista central de Roland Garros.
El rival será el uzbeko Jalolov, nada que asuste a un Ayoub que ya ha demostrado ir desatado a por un oro histórico. De momento, esta categoría ya tiene asegurada por lo menos la plata, algo que nunca había logrado este peso, pero Ghadfa quiere hacer bueno el último esfuerzo para alzar los brazos en lo más alto del podio.